La cena de esa noche podría haber sido agradable y relajante... si Harry no hubiera decidido acompañarlos.
Louis casi fulminó a Gemma con la mirada. Recordaba vagamente haber mencionado que le llevaba un par de botellas de vino tinto de su propia marca, y después su amiga había sugerido preparar una comida para acompañar el exquisito vino. Sin embargo, por mucho que repasaba la conversación, no recordaba ningún momento en que hubieran acordado en invitar a Harry a cenar.
De todos modos, él no necesitaba invitación. Esa era su casa.
Sin embargo, después de haber recuperado el sentido común, sentía que compartir una deliciosa comida casera con los mellizos Styles no era una buena idea.
Si sabía lo que le convenía, debía mantenerse lo más alejado posible de Harry. Si no lo tenía delante, no lo desearía, y si no lo deseaba, no se sentiría tentado de tocarlo. Y si nunca lo tocaba, nunca se perdería por el camino equivocado con un integrante de la realeza.
Problema resuelto.
El obstáculo más inmediato era escabullirse de allí sin hacerles un desaire a los anfitriones. Gemma lo entendería, sin duda.
—Esta cena tan civilizada... Creo que no me apetece mucho —le dijo a su amiga mientras esta metía el relleno dentro del pato y cerraba el agujero con una brocheta de naranja cocida.
—Estoy segura de que al pato tampoco le apetece mucho —murmuró ella—. ¿Pero acaso me ves detenerme? —Empezó a exprimir el zumo de otras dos naranjas—. Es culpa tuya. No deberías haber dicho que habías traído dos botellas de excelentes vinos.
—¿Culpa mía? —dijo Louis, resoplando—. ¿Culpa mía? ¿Quién le dijo a tu hermano que haríamos pato a la naranja? Aunque, por lo que veo, será más bien naranja con pato. Ese era su plato favorito de niño, y viendo la cara que puso cuando dijiste que lo prepararías, creo que lo sigue siendo. ¿Lo hiciste a propósito, verdad?
—Claro que sí —le dijo Gemma con una sonrisa picarona—. Todo es parte del plan de cordialidad civilizada que te recomendé en la madrugada, ¿recuerdas? Que no seas capaz de ceñirte a él durante más de dos minutos no es culpa mía.
Que su amiga tuviera razón no era muy tranquilizador.
—Si sales corriendo, me voy a enfadar mucho —le dijo, mirándolo severamente—. Puedes irte cuando hayamos terminado de comer. Antes no.
Louis se rindió. Lo único que podía hacer era agilizar la cena lo más posible. Miró a lo largo de la enorme encimera. Todos los ingredientes estaban alineados en una larga hilera.
—¿Cómo puedo ayudarte?
—Abre el vino —le dijo Gemma con una sonrisa—. Así me ayudarías mucho.
Harry entró justo en ese momento a la cocina.
—Parece que ya va abrirlo tu hermano —Louis miró de reojo hacia el otro extremo de la cocina. Él estaba allí—. Bueno, en realidad parece que está leyendo la etiqueta —Louis sintió un revoloteo en el estómago.
Él era el encargado del etiquetado y estaba muy orgulloso de su trabajo. La etiqueta con el nombre de la bodega, más el pequeño dibujo de una criatura alada y el texto en relieve, había ganado muchos premios en Australia, pero Australia no era Reino Unido. ¿Le gustaría a Harry?
Él levantó la vista e interceptó su mirada.
—Contundente —dijo de repente. —Y el vino también.
Louis trató de tomárselo con indiferencia, pero no pudo. En aquella etiqueta estaban años de trabajo, inversión y mucho corazón.
—Adelante —dijo Gemma, mirando a Harry y asintiendo con la cabeza para que abriera de una vez la botella.
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UN SUEÑO PROHIBIDO (LS AP)
FanfictionLouis era el hijo del ama de llaves y Harry Styles el heredero de una gran fortuna. Cuando eran adolescentes habían sido descubiertos besándose, entonces Louis fue desterrado del Castillo Styles, pero luego de más de diez años había vuelto para vis...