CAPÍTULO 6 (PARTE 1)

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—Me has estado evitando —dijo Harry, sentándose en la silla que estaba delante de Louis.

Él levantó la vista y trató de convencerse de que Harry solo era uno más de entre las personas que se encontraban ahí. Estaba sentado en la terraza de una cafetería, con una taza de té en su mesa. Delante tenía una carpeta abierta que contenía información sobre las fincas que estaban a la venta por la zona. Había pasado una semana desde la cena en el castillo Styles; una semana larga y frustrante de trabajo duro que no había dado ningún fruto.

—¿Por qué? —le preguntó Harry a continuación, poniéndose cómodo en la silla. Su pose era toda elegancia y sofisticación.

—A lo mejor he tenido mucho trabajo —le dijo Louis, cerrando la carpeta y recostándose en su silla. Por suerte llevaba las gafas de sol puestas, eso evitaba que lo mirara directamente a los ojos—. A lo mejor no he tenido tiempo de pensar en tu oferta.

—A lo mejor —contestó Harry con una sonrisa encantadora, haciendo que un par de hoyuelos se marcaran en sus mejillas, inevitable no notarlos—. Y eso sería una pena, teniendo en cuenta lo mucho que yo he pensado en ti —jugueteó un poco con el menú y entonces lo echó a un lado—. He preparado una visita por la finca de los Hammerschmidt. Quiero echarle un buen vistazo al suelo y a los viñedos. ¿Quieres acompañarme?

—¿Para qué? —preguntó Louis en un tono de cansancio. — Sí que quería visitar la finca antes de que saliera a subasta, pero no era una buena idea ir con Harry. —No me estarás sugiriendo que hagamos lo que sugirió Gemma, ¿no? Lo de formar una sociedad. No me parece que vaya a funcionar.

—A mí tampoco. No se debe mezclar el placer con los negocios. Y yo prefiero darle prioridad al placer.

—¿Entonces por qué quieres que vayamos a ver el sitio juntos?

—Porque así tendríamos una buena ventaja sobre el resto de postores el día de la subasta. Están pidiendo veintidós millones de euros por la propiedad. Para mí solo vale unos trece millones, pero quisiera saber lo que valdría para alguien que tenga otros planes para el terreno.

—Entonces... Sería como una reunión de negocios, ¿no? Nada que ver con un evento social.

—Desde luego. Aunque no me importaría disfrutar después de un rato de ocio. Cena conmigo esta noche.

—¿Por qué?

—¿Porque quieres?

—No. Lo que yo quiero es crear una red de distribución para nuestros vinos.

Harry aguzó la mirada.

—Solo tienes que pedirlo.

—Ojalá fuera así de sencillo —murmuró Louis—. He hablado con Liam. Le he dicho lo de la cata de vinos en tu casa.

—Yo también se lo he dicho. Y no se opuso. Yo lo interpreté como una buena respuesta.

—No, solo no dijo que sí —apuntó Louis—. Creo que no me equivoco si digo que es bastante poco probable que diga que «sí» en un futuro cercano. Le preocupa un poco no saber qué sacas tú de todo esto.

—Me siento ofendido ante su desconfianza. Aunque también me impresiona. Mi padre solía decir que un buen hombre de negocios sabe hacer buen uso de su desconfianza para con todos. Según Liam, ¿qué es lo que estoy buscando?

—A mí.

—Ah.

—¿Se equivoca?

Harry se encogió de hombros y sus ojos relampaguearon.

—No puedo negarlo. Esa idea se me ha pasado por la cabeza. Es un pensamiento muy agradable. Pero las razones que me han movido a ayudarte a situar tus vinos en el mercado son un poco más sencillas que todo eso —los ojos de Harry quedaron en sombras—. Hace años, tenía las manos atadas, cuando Liam nos pidió ayuda, yo quería que fuéramos socios, quería que tuviera el apoyo de la Casa Styles. Pero mi padre no quiso. También tengo una deuda contigo, el que te corrieran de esa manera en aquel entonces también es mi culpa. Mi padre no debió hacer eso, me puso contra la espada y la pared y yo no pude hacer nada.

UN SUEÑO PROHIBIDO (LS AP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora