CAPÍTULO 8 (PARTE 2)

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🚨 Contenido adulto. Si eres sensible a ello, por favor deja de leer.


Minutos más tarde, Harry volvió al salón con paso ligero, más ligero del que llevaba cuando se había marchado. Louis no estaba en el sofá, donde lo había dejado. Estaba de pie, con las manos dentro de los bolsos de su pantalón, mirando por una ventana que daba a uno de los jardines del patio trasero.

—No, ni lo pienses. —le dijo Harry.

—Ni siquiera has oído lo que tengo que decir. — le contestó él dándose la vuelta.

—No. Si te vas será mucho peor. Debes quedarte —lo miró con firmeza. — ¿Aceptas quedarte?

Una pequeña sonrisa asomó en los labios de Louis.

—Voy a necesitar un incentivo.

—Y yo estaré encantado de dártelo.

—¿Podremos tener privacidad?

—Mi habitación es muy privada, tan privada que está en la otra ala del castillo. De hecho voy a hacia allí ahora mismo, ¿quieres ir conmigo?

—¿Y qué tienes en esa habitación tuya que pueda llamar mi atención?

—Una cama bastante grande con un buen colchón —le dijo él—. Y con dosel. Te gustará.

La sonrisa de Louis se volvió más segura tras la charla, pero su mirada siguió siendo incierta.

—No sé por qué me preocupo tanto por estar aquí, contigo. Pero no puedo evitarlo. Todo es distinto en mi departamento. Más neutral, menos complicado, pero cuando venimos aquí... —se encogió de hombros—. Todo el pasado, incluso lo que vivimos nosotros, se me viene encima. Ya no solo se trata de ti y de mí. Se trata de Gemma, de Liam y de Josepine, y de cómo les afectará lo que tenemos.

—Lo sé —dijo Harry y se acercó a Louis—. ¿Nunca te ha dicho nadie que piensas demasiado?

—No.

—Bueno, pues sí lo haces. Afortunadamente, yo tengo la solución para eso. Ven conmigo a mi habitación. Te garantizo que te puedo hacer olvidarlo todo por una noche.

Louis también se acercó a él y le dio un beso.

—¿Alguna vez te han dicho que eres monotemático?

—No, pero soy consciente de ello —replicó Harry con una sonrisa franca.

Tardaron mucho en llegar a su sección privada del castillo. Harry sintió unas ganas desesperadas de besarlo mientras subían las escaleras, y después al llegar al final de las mismas. Unos pasos después, lo acorraló contra la pared, acercó su rostro al suyo y entonces empezó a besarlo en el cuello.

A Louis le temblaron las rodillas cuando fue empujado contra la puerta del estudio que tenía un pasadizo secreto hacia el dormitorio. Luego de asegurar la puerta detrás de él, Harry llevó sus dos manos al trasero de Louis y lo alzó, él enroscó las piernas alrededor de su cintura.

Lo cargó hasta el enorme sofá de cuero marrón y lo sentó ahí, pero entonces se vio superado por esa sed de amor y deseo que lo consumía por dentro. Le desabrochó el pantalón mientras lo miraba fijamente, se lo bajo a mitad de las piernas y se arrodilló frente a él.

Harry empezó a besar las mejillas de su entrepierna.

—Si te preocupa alguna otra cosa, me lo dirás, ¿verdad? —le murmuró, mientras lo acariciaba.

—Sí. Te lo diré.

—¿Algo como que prefieres ver otra cosa en la televisión?

—Te lo diré.

UN SUEÑO PROHIBIDO (LS AP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora