UN SUEÑO PROHIBIDO (LS AP)

CAPÍTULO 8 (PARTE 1)

Después de que Harry se marchara a la mañana siguiente, la esposa del arrendatario tardó poco más de diez minutos en presentarse en su puerta para decirle, entre mil disculpas, que se habían equivocado y que la cabaña ya había sido alquilada a alguien más y que tenía menos de media hora para recoger sus cosas y retirarse.

Esta vez, Louis alquiló un departamento completamente amueblado situado en las zonas más exclusivas de la ciudad.

Si alguien volvía a intentar echarlo por ser el amante de uno de los hombres más ricos de la región, se compraría una casa. Nadie conseguiría empañar la felicidad que sentía en esos momentos.

Nadie.

Poco después, Gemma fue a tomar té al departamento de Louis, tan dulce y cálida como siempre. Una pequeña pelea, unas cuantas bromas y el cariño de una hermana de verdad... No le repitió la advertencia que ya le había hecho, no obstante. Ya que las cosas habían pasado, él las aceptaba sin más.

—Muy bonito —le dijo, después de mirar todo el departamento—. ¿Pero por qué un cambio tan repentino? Pensaba que aún te ibas a quedar más tiempo en el hostal, está más cerca del castillo.

—Necesitaba un poco más de espacio y privacidad— le dijo Louis.

—Te corrieron, ¿verdad? —la mirada de Gemma fue muy directa.

—Sí.

—¿Porque Harry se quedó?

—No me lo dijeron, pero creo que sí fue por eso.

—¿Y lo sabe él?

—No. Y te agradecería mucho que no se lo mencionaras. De todos modos, necesitaba más espacio, así que el cambio me resultó bastante bien. Fin de la historia.

—Reza para que Harry nunca llegue a saberlo.

—¿No serás tú quien se lo diga, verdad?

—No.

—Gracias.

—Bueno, ¿y quién ganó la guerra?

—Yo no. Y no seas tan curiosa. No quiero tener esa conversación.

—Solo trato de mantenerme al día —dijo ella con una sonrisa traviesa—. Por lo que veo, parece que no saliste ileso de la contienda.

—No puedo hablar de eso contigo, Gemm. Es demasiado reciente. Ni siquiera yo entiendo muy bien lo que está pasando.

—¿Y entonces con quién vas a hablar de ello? ¿Piensas contárselo a tu hermano?

—Todavía no.

—¿Porque es demasiado reciente o porque sabes que no le va a gustar?

Louis sonrió con acritud.

—Las dos cosas.

—¿Se lo vas a decir a tu madre?

—No —. Su sonrisa se esfumó de golpe —. Esa puerta está cerrada para mí. Y no voy a seguir parado delante de ella, esperando a que ella la abra. No hay nada para mí al otro lado.

—Louis... —la expresión de Gemma se volvió grave—. Mi madre murió hace tanto tiempo que apenas me acuerdo de ella, pero nunca envidié la tuya. Sé que te hizo la vida imposible desde que eras un niño. Ojalá las cosas hubieran sido diferentes para ti. Para Liam y para ti.

—Yo también lo hubiera querido.

—Sé que te gritaba y te pegaba —Gemma vaciló un momento —. La vi un par de veces. No te estaba dando un zape por portarte mal, ni castigándote por algo que hubieras hecho. Te estaba pegando muy fuerte, te estaba haciendo daño —sacudió la cabeza, como si quisiera borrar aquel recuerdo—. Corrí a buscar a mi padre, pero cuando volvimos ya no estaban ni tú ni ella. Mi padre me dijo que hablaría con Josephine, pero yo sabía que hablar no era suficiente, así que fui a buscar a Liam y le dije lo que había visto. Nunca olvidaré la cara que puso. Esa rabia que había en sus ojos. El dolor, el miedo. Él tenía doce años y tú tenías diez. Enseguida supe que no era la primera vez. Volvimos corriendo a la casa. Liam me dijo que me fuera a mi habitación, que él te encontraría y cuidaría de ti. Yo hice lo que me dijo, porque estaba asustada. Siento mucho no haber hecho nada nunca. Ni entonces, ni después... cada que Liam te trataba con tanto cariño y ternura, yo sabía en mi corazón que ella había vuelto a hacerte daño —Gemma parecía realmente acongojada.