vinilo - 04

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Un nuevo día laboral comenzaba para Minatozaki, no dejaba de revisar contratos tras contrato, parecía que se quedaría eternamente.
El reloj marcaba las 15 pm, salía dentro de una ahora y aún tenía para rato.

— ¿Quieres ir por un helado hoy Sana?

La voz angelical de la Taiwanesa la hizo levantar su mirada con lentitud, la luz blanca pálida de quirófano formaba una aureola alrededor de la menor, sonrió encantada por su propuesta.

— Lo siento bebé, creo que me quedaré un poco más, quiero aunque sea terminar unos dos contratos y dar de baja una tarjeta de crédito, puede ser en estos días.

Sana por su parte parecía agotada, sus mejillas estaban rojas casi como dos manzanas por el cansancio, mantenía su izquierda apoyada en una de sus sienes masajeando esta con delicadeza. La pelinegra sólo asintió con lentitud bajando su cuerpo en una reverencia, se acomodo mejor despidiéndose, volteo y a su lado estaba su mejor amigo con el mismo retraso de trabajo, realmente estaban ahogados en papeles.

La hora pasaba con mucha lentitud y peor aún parecía que el sol no quería irse. Cuando finalmente terminó con aquella tarjeta cerró el programa en su computadora, se estiro en su asiento ya sola en la habitación, Felix había ido al baño antes de irse dándole un poco más de tiempo para terminar, su cola de caballo estaba caída y un poco desalineada junto con su ropa al estar tan inquieta en su asiento, se levantó con pereza apagando la pantalla y tomando su bolso, escucho la puerta abrirse por lo que preocupada subió su mirada aunque solo era la chica de limpieza, le sonrió con amabilidad, era una señora mayor bastante tierna, se despidió con una reverencia dirigiéndose por los pasillos en busca de su mejor amigo.

Parecían eternos y largos, algunas oficinas era completamente vidriadas mientras que las demás cerradas, al fondo del largo pasillo estaba el ascensor pero sana tenía su costumbre de ir por las escaleras ya que se paniquea, fue un grave error.
Abrió la puerta de servicio sin hacer ruido alguno, ni siquiera llegó a abrirla por completo cuando sus ojos se toparon con la imagen de su amigo junto a.. ¿el encargado de marketing? Sana por inercia retrocedió torpemente cerrando la puerta con la misma lentitud.

— Hijo de..— qué niño más fácil es.

Se quejó en voz alta teniendo su labio inferior tembloroso, con su ceño fruncido se dirigió al ascensor temerosa pulsando el primer piso, no sabía por qué estaba molesta, probablemente por que ahora debía volver sola ya que Feliz se quedaría detrás de aquel estupido Coreano. Apretaba sus dientes sintiendo sus manos sudar, había sido bastante incómodo pero la estaba pasando peor en aquel estrecho espacio aunque no duró mucho fue eterno.

Asfixiada salió del banco viendo a los policías de seguridad mirarla entre ellas Yeji quien le sonrió y se despidieron amablemente entre ambas, no tenía idea si ir a casa o disfrutar la ciudad que ni siquiera se tomó el tiempo de recorrer, fue por la segunda opción. Hace días no muy lejos había visto una disquera cerca y tenía ganas de comprar un nuevo vinilo ya que aun no llegaban por su mudanza, se encaminó con tranquilidad mirando distraída las tiendas quedando embobada, pero esa distracción la frenó de golpe sintiendo un golpe duro en su pelvis.

Por Culpa Del Gato - Sachaeng Donde viven las historias. Descúbrelo ahora