【Este libro contiene pequeños cortos sobre el ship Shadowpeach de Legó Monkie Kid, basadas en pequeñas ideas que se me ocurren o me puedan compartir, o incluso sacando ideas de películas o series.
En fin espero que lo disfruten, así como yo disfrut...
El guerrero y el rey volvieron a la montaña con un aura pesada sobre ellos, derrotados, la cita que habían estado planeando meticulosamente por meses había resultado un desastre por culpa de un grupo de enemigos, que justo ese día pensaron que atacarlos sería una gran idea
¡Vaya momento escogieron los desgraciados!
Pelearon todo el santo día, repartieron golpes y descargaron una buena parte de su frustración sobre ellos, pero aun así no fue suficiente para calmarlos, seguían molestos y como ninguno de los dos quería preocupar al otro, lo ocultaban a su manera: Macaque se distraía haciendo bromas y soltando comentarios sarcásticos, mientras que Wukong trataba de dormir en cualquier parte.
Cuando finalmente llegó la noche se metieron a la cama que compartían para poder dormir de una buena vez, para Monkey king no fue nada difícil volver a quedarse dormido, el tipo podría dormirse parado si quisiera, así que apenas tocó el colchón se durmió, y como acostumbraba cuando estaba muy agotado, se aferró a su almohada como si fuera un koala, mientras babeaba.
Macaque lo miraba con algo de envidia por lo ridículamente fácil que le era quedarse dormido, él en cambio tenía la mente corriendo a mil por hora, así que se puso a tararear, mientras miraba el techo, hasta que una idea se le cruzó por la cabeza.
Sonrió traviesamente y se giró hacia su víctima.
—Wukong, Wukong, cariño despierta...— lo meció suavemente, con falsa urgencia en su voz.
—¿Nmh? ¿Q-Qué? ¿Qué sucede, Moonlight?— balbuceó el rey medio dormido, con la voz pastosa y sin moverse todavía de su posición.
—El b-bebé...— se detuvo un segundo para aguantar la risa y la vergüenza que estaba sintiendo por la idiotez que estaba haciendo, más le valía obtener la reacción que quería, porque si no se iba a morir de la verguenza ahí mismo.
—¿El bebé...?—
—Sí... El cachorro está por nacer...— hizo que su tono de voz sonará adolorido —Sunshine apúrate, esto duele mucho...—
Al no obtener una reacción inmediata, el azabache pensó por un segundo que quizás el contrario se había quedado dormido de nuevo o que lo había roto con lo que dijo, pero antes de poder confesar que era una broma, el rey salió disparado de la cama, casi tropezando con las mantas de la cama que se enredaron en sus pies.
—¡El cachorro!— cargó al contrario lo más rápido que pudo, para dirigirse a toda velocidad a la puerta de la habitación, pero se detuvo en seco cuando su mente poco a poco se fue aclarando, para empezar no tenía ni la más remota idea de a dónde ir, y que él supiera, y estaba bastante seguro de esto, su Luna no estaba embarazado.
Bajó la mirada encontrándose con su compañero tapándose la boca en un intento desesperado de reprimir su risa.
—Tú— gruñó.
—Debiste ver tu cara— soltó al fin la carcajada que se estaba aguantando —¡Ay!— se quejó cuando Wukong lo dejó caer al suelo —qué delicado, casi pierdo a nuestro bebé— agregó con sarcasmo, sobándose el trasero.
El pecoso miró a su pareja con un tic en su ojo, ese que aparecía cuando algo lo irritaba, si había algo que le molestara en esta vida, era que interrumpieran su sueño de belleza con bromas así de malas.
—Ya que hablas tanto de bebés...— lo miró fijamente —¿Por qué no hacemos uno?—
La sombra tragó saliva tan fuerte que incluso se escuchó.
Ambos sabían que si querían podían tener uno de manera convencional, la biología de los demonios era flexible en ese sentido, pero era más que obvio que no estaban listos para esa responsabilidad, además estaba claro que solo era una broma por parte de Wukong para asustarlo...
Es solo que la expresión que acompañó ese comentario no encajaba
¿Era realmente una broma?
Prefería no arriesgarse, su compañero era muy impulsivo.
—Bien, bien, mensaje recibido...— cedió rápidamente, levantando las manos en señal de rendición —no volveré a bromear con algo así nunca más... ¿Feliz?—
—Yep—
Su expresión se relajó, sonrió suavemente y se acercó a su compañero que todavía estaba en el suelo, lo tomó con cuidado y lo llevó de regreso a la cama, esta vez sí dormirían de verdad, sin más interrupciones ni bromas tontas... Al menos hasta mañana.
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