*No volveré a perder ante nadie*
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Ya había aparecido el sol en el Baratie, y Kelia no había podido pegar un ojo en toda la noche.
Pensar que ella solo venía a comer algo y terminó siendo invitada a un grupo de piratas y amenazada por el mejor espadachín del mar.
Ella estaba necesitando ver algo de acción, y desde el costado de estribor de su barco pudo visualizar a los espadachines, al borracho y al seguidor de Shanks, no dudo más y bajo de su barco para ponerse atrás de los dos piratas que no iban a pelear.–Monkey D. Luffy, me sorprende que la marina me haya necesitado para capturar a un paquete tan pequeño.– Dijo Mihawk con su cara de siempre –Pero me gusta tu sombrero–
–Basta, Mihawk – Dijo Kelia haciendo que el Ojos de Halcón se quisiera seguir hablando, pero un grito de Zoro lo hizo callar y mirarlo mal.
–Empecemos.– Mihawk se arranco su collar de crucifijo del cuello, revelando ser una daga. –¿Que es eso? Vine a una pelea con espadas.
–Los conejos jamás se cazan con un cañón.
Kelia agarro de la camisa a Usopp y a Luffy para arrastralos hacia unos metros para atrás.
–No soy un conejos– Mencionó Zoro sacando dos de sus tres espadas.
–Eso lo veremos– Mihawk lo apunto con su daga, Zoro fue corriendo hacia él pero no iba ser tan fácil lastimarlo, ya que Mihawk pudo frenar ambas espadas con si daga.
En ese momento había comenzado la pelea, Mihawk le hablaba, provocandole más nervios al de pelo verde.
Usopp, Luffy y Kelia se miraron al ver que cada vez que Dracule lo empujaba, Zoro no caía por sus espadas.
Roronoa se detuvo un momento y miraba al espadachín con mucho enojo, pero mala suerte para él, ya que Mihawk le clavo su daga en el pecho.Kelia se tapo los ojos, ya no quería ver como el de pelo verde caía al suelo muerto, pero sintió alguien atrás de ella así que se giro bruscamente, pero solamente era Nami, quien miraba asustada la escena.
–¿Por qué mejor no te vas?– Dijo Mihawk sin sacar la daga.
Zoro no hablaba, solo podía mirarlo.–No puedo– Dijo con voz entrecortada –Si lo hago, perderé mi sueño para siempre. – El de ojos amarillo saco la daga del pecho del chico.
–Eres valiente, no lo voy a negar.– Zoro dio unos pasos hacia atrás intentando de no perder el equilibrio, cuando se cayó, se sostuvo con sus espadas. –Así que te daré el honor de matarte con Yuru–
Mihawk saco la enorme espada que estaba en su espalda para luego apuntarlo, pero para sorpresa de Kelia, Zoro saco su tercera espada y la sostuvo con su boca.
–Ese chico esta demente si cree poder pelear con tres espadas a la vez– Dijo Rosier viendo como daba vueltas la espada.
Ambos empezaron a correr y se pudo escuchar un tu puedes por parte de Luffy. Pero al chocar espadas y ambos caer, se podía ver como ambas espadas de Zoro de rompían en mil pedazos.
Sus tres amigos no podían creer lo que había pasado.Zoro soltó sus espadas y se levantó para mirar al hombre del sombrero con plumas.
–Estas acabado– Dijo Mihawk acercándose al peli verde –¿Por qué insistes?–
–Una herida en la espalda es una vergüenza para un espadachín – Guardo su espada blanca y abrió sus brazos dejando ver su herida por la daga.
Kelia puso su mano en el hombro de Luffy, mostrando su preocupación al chico, Mihawk sostuvo su espada con más fuerza y en un abrir y cerrar de ojos, Zoro estaba en el suelo, ya tenia en el pecho una cortadura muy grande y profunda.
Luffy corrió hacia él, quien fue seguido por Kelia para quedarse a su lado y defenderlo si Mihawk lo llegara atacar por la espalda.
–¿Cual es tu meta, Luffy?– Pregunto el espadachín mirándolo de reojo.
–Voy a convertirme en el rey de los piratas– Dijo el chico del sombrero de paja. Kelia sonrió al recordar cuando él se enojaba con Shanks.
–Ese camino es más peligroso que querer derrotarme.
–Vete, Mihawk– Dijo la de pelo azabache cruzándose de brazos.
Kelia no quería que las ilusiones de Luffy se fueran por las palabras de las personas, él era un chico que conseguía todo lo que se le proponía, quizás no como lo planeaba, pero lo terminaba logrando, y esa época de Kelia se había ido hace mucho tiempo.
–Quizás el chico lo logre, pero estoy seguro que tu no lo harás, Lili– Solo estas palabras bastaron para que Nami agarre la única espada intacta de Zoro y apuntara al mejor espadachín del mar. – Este mundo necesita más gente impredecibles.
–Te dije que te vayas, Dracule.
–Roronoa Zoro, es muy pronto para que mueras.– Los cuatro piratas se giraron para ver al nombrado, aún tenía sus ojos abiertos pero parecía que en cualquier momento se iría –Hazte más fuerte y encuentrame, te voy a estar esperando.– Mihawk se fue de ahí, Usopp se acercó a Luffy y a Kelia.
El aire había vuelto para todos cuando el hombre se fue, Kelia se agacho para estar al lado de Luffy.
–Luffy...– Comenzó a decir Zoro con las pocas fuerzas que le quedaba. –Si fallo en convertirme en el mejor espadachín del mundo, vas a estar decepcionado.– Aquellas palabras de Zoro hicieron que Kelia se ponga triste por aquel chico que quería cumplir su sueño.
–Jamás vas a decepcionarme, eres mi primer oficial.– Zoro miraba a Luffy con las pocas fuerzas y sintiendo el dolor en su pecho.
–Juro, que me convertiré en el mejor espadachín– Zoro estiro su mano hacia la de pelo naranja y ella le devolvió su espada. –No volveré a perder contra nadie!– Zoro levanto su espada, los cuatro chicos miraban como podía sostener aquel espada tan pesada, pero poco a poco aquella espada se fue cayendo.
Usopp miró hacia abajo sin querer llorar, Kelia puso su mano en su boca intentando creer que eso no había pasado y Nami solo miraba como Luffy no dejaba de gritar el nombre del peliverde.
–Esta perdiendo mucha sangre.– Dijo Usopp, y en ese momento a Kelia se le ocurrió una técnica muy útil que una vez Makino le enseñó.
–¿Que haces?– Pregunto Luffy al ver a la chica sacándose su camiseta. Usopp volvió a mirar al suelo pero esta vez más por intentar de no ver nada de más.
–Hay que intentar de cubrir la herida, no puede perder más sangre– Kelia paso su mano con una parte de su camisa por la espalda de Zoro y unirla con la otra punta y le hizo un nudo. –Le quedó apretado, pero será mejor así– Kelia le sonrió a los tres piratas.
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dark ocean /
RandomUna mujer hermosa, todo el mar azul le temía y a la vez la amaban. Kelia Rosier era tan bella que podía enamorar a los cuatro emperadores e incluso muchos decían que aquella chica de pelo azabache podría ser "El quinto emperador" Pero ni ella misma...