2

78 14 0
                                    

Felix estaba nervioso como el infierno. Él había comenzado siendo agresivo, pero eso fue sólo porque había perdido su enamorada cabeza. Había pasado un largo camino desde que fue el desgarbado chico de quince años que se apareció a la puerta de su padre, aun así no había pasado tanto.

Seguía trabándosele la lengua y era tímido alrededor de los grandes hombres montañas. Durante todo un año cuando llegó a la Villa Park, Felix estaba encaprichado por Minseok, una de las parejas. Pronto se dio cuenta que su gusto iba más hacia los hombres grandes y musculosos. Así que estaba encaprichado con toda la manada de lobos. Esos habían sido muchos días de confusión.

Gracias a Dios ninguna de las parejas lo había colgado de las bolas por babear por sus hombres. Ahora era un hombre adulto. Capaz de tomar sus propias decisiones... y corría como una chica cuando el primer grande y fuerte hombre le coqueteaba.

Jesús, ¿por qué no sólo usaba falda y cargaba una caja de pañuelos desechables? Gracias a los dioses Hyunjin tenía un buen sentido del humor. El oso era maduro y Felix amaba eso de él. Caminó al lado de su pareja mientras llegaban a la tienda de motocicletas. Aun no podía creer que tenía pareja.

Siendo humano, y uno de los hijos de la manada, él creyó que estaba fuera de tener suerte en ese departamento. Solo porque vivía con lobos, no significaba que fuera a tener una pareja. 

Pero eso estaba lejos de la verdad. Había conseguido a la madre de todas las parejas. Hyunjin era todo lo que quería en un hombre, y algo más. Examinaba los grandes y gruesos músculos del hombre y quería jadear y gemir. Su lengua moría por salir y lamer a Hyunjin de la cabeza a los pies. Sólo podía imaginar tener todos esos deliciosos músculos rodeándolo mientras era empujado contra el colchón o el suelo.

Mierda, estaba teniendo una erección.

—Hey, pequeño Felix. ¿Qué te trae por aquí? —Seo Yeonjun le preguntó a Felix que caminaba al frente de Hyunjin. 

Felix señaló con su pulgar sobre su hombro, haciendo su mejor esfuerzo por calmarse, y estar cool a pesar de su erección. —Estoy con mi pareja —la voz le salió aguda. ¡Maldición! Trataba de oírse casual y se oyó como si fuera un ratón. Yeonjun sonrió mientras Hyunjin caminaba a su lado.

—Ya lo veo. —Yeonjun le dio un guiño y entonces se giró hacia Hyunjin—. ¿Vienes a recoger tu motocicleta?

—Joder, si —dijo Hyunjin—. Necesito llevar a pasear a mi pareja. Es su primera vez. —Se carcajeó y vio hacia Felix, sosteniendo la mano frente a él—. No quise decirlo de esa manera, lo juro.

«Genial». Ahora tenía a Hyunjin cuidando sus palabras. Eso no es lo que él quería. Felix sonrió y le dio un guiño a su pareja. No se sentía valiente en absoluto. —Lo entendí. Es lindo. ―Mentalmente rodó los ojos. Joder si no era un tonto sentimental. Hyunjin se iba a alejar de Felix si no aprendía a relajarse y ajustar. Felix acomodó el cabello detrás de su oreja mientras veía alrededor de la tienda, desesperado por cambiar el tema—. Entonces ¿cuál es la tuya? 

Hyunjin sonrió y le mostró una motocicleta negra con rojo. El corazón de Felix saltó cuando su pareja le mostró su nueva motocicleta. «¡No había una jodida manera!» Se frotó el sudor en sus palmas sobre sus muslos mientras le sonreía a su pareja. Nunca había montado antes y eso lo asustaba como el infierno. Pero no había manera de que huyera. —Cool.

Hyunjin y Yeonjun se reían mientras Hyunjin tomó la mano de Felix y lo guió hacia el estante de las chaquetas de piel. —¿Qué talla usas?

—Pequeña —Felix murmuró, avergonzado de ser el más pequeño en la tienda. Estaba tratando duro de impresionar a Hyunjin, pero estaba bien seguro de que estaba haciendo un pésimo trabajo.

Los papas de Felix -HyunLix-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora