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Felix tragó saliva cuando Hyunjin lo levantó y palmeó su trasero, indicándole que quería que Felix envolviera sus piernas alrededor de su cintura. Lo había hecho antes porque sabía de hecho que ellos estaban restringidos. No podían hacer nada más mientras estuvieran en público.

¿Pero ahora? Ahora ellos estaban en medio de la habitación de Hyunjin, donde cualquier cosa y todo era aceptable. El valor de Felix salió corriendo tan pronto como Hyunjin había cerrado la puerta de la recámara. —¿Q-Qué es lo que quieres que haga? —«Por favor, no me pidas que baile».

—Lo que sea que quieras, Felix. No creas que tienes que hacer algo —Hyunjin le murmuró cerca de su oído y mordisqueó un lado de su cuello, Felix gimió mientras movía la cabeza de lado. Esa era una sensación tan malditamente buena. Su pene comenzó a endurecer mientras los labios de Hyunjin recorrían su mandíbula, terminando en su otra oreja—. Porque si decides que estás listo, quiero mostrarte lo bueno que puede ser estar con un oso.

¡Oh infiernos! Felix estaba jadeando tan intensamente que casi estaba causándole un mareo mientras Hyunjin pasaba sus grandes manos debajo de la parte de atrás de su camisa. El contacto de piel con piel lo hacía estar tan caliente como una jodida y tan necesitado como una persona podía estar. Su piel hormigueaba mientras las puntas de las uñas de los dedos de Hyunjin recorrían la espalda de Felix. Su piel estalló en piel de gallina y los vellos de sus brazos se erizaron. Felix se estremeció mientras sentía el cálido aliento de Hyunjin a unas pulgadas de su oreja. El calor estaba haciendo un lío con sus sentidos.

Hyunjin recorrió los labios de Felix suavemente y cubrió su boca. Felix gimió ante el cálido terciopelo del beso. Era lento y dosificado, haciendo que Felix sintiera como si atravesara a su propio mundo. Hyunjin pasó sus manos arriba y abajo de la espalda de Felix, haciendo que sintiera que era la única persona que le importaba al oso.

Felix se controló, rezando porque Hyunjin realmente le mostrara lo bueno que podía ser. Hyunjin lentamente se movió de adelante hacia atrás, casi danzando en el lugar mientras una de sus manos acunaba la cara de Felix. Felix envolvió sus brazos alrededor del grueso cuello de Hyunjin mientras inclinaba la cabeza, no quería que ese momento terminara nunca.

Gimió cuando una mano se deslizó dentro de la pretina de sus pantalones. Hyunjin detuvo los dedos, no bajó más mientras profundizaba el beso. Felix sonrió mientras se movía detrás de él y le daba a la mano de Hyunjin un ligero empujón. No era valiente, ni mucho menos, pero quería que su pareja supiera que estaba bien para él, si iba más allá.

Los brazos de Hyunjin parecieron tensarse alrededor de Felix mientras sus dedos trazaban su grieta. Felix quebró el beso, necesitaba aire mientras enterraba la cara en el cuello de Hyunjin. Los labios de su pareja exploraron su piel mientras sus dedos bajaban un poco más.

—Avísame si quieres que me detenga. —La voz de Hyunjin era gruesa cuando le murmuró al oído. Felix asintió, no quería que se detuviera. Estaba nervioso como el infierno, pero no quería que se detuviera.

—Lo haré. 

El calor del cuerpo de Hyunjin confortaba a Felix mientras uno de sus brazos aun sostenía su espalda. Felix cerró los ojos, disfrutando la sensación de su pareja mientras Hyunjin lentamente lo guiaba. Ya no estaba aterrado—nervioso, pero no asustado. Era Hyunjin, su oso y su pareja. Felix confiaba en él.

El pulgar de Hyunjin jugaba con su espalda mientras la punta de los dedos de su otra mano lentamente circulaba su arrugado agujero. Felix comenzó a temblar, quería que su pareja lo tomara rápidamente y quería que su pareja lo tomara lo más lento posible. Las sensaciones luchaban en su interior mientras Felix apoyaba la cabeza en el hombro de su oso.

Los papas de Felix -HyunLix-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora