Eddie y Caroline son los hijos de una familia armada, abandonados por sus padres que están más enfocados en darles un buen pasar económico, parecen no caer en la cuenta de que poco a poco se sumergen en una relación extraña, intensa, y con ojos ince...
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Cenan en familia, como nunca, Eddie y Caroline se miran de reojo en esa gran mesa, hay velas en el centro, es extraño una cena familiar entre los cuatro, ellos prefieren estar solos, ahora más que nunca.
No me contaste que cortaste con Hunter, le dice su madre.
No hacen diferencias entre ambos, para Caroline, la madre de Eddie es también su madre, y para Eddie, el padre de Caroline es también su padre.
No lo vi necesario, responde la chica.
Se veía un buen chico, el padre agrega a la conversación.
Supongo que sí. De todos modos no somos compatibles, responde sin demasiados rodeos, no se ve afectada, Eddie mira en silencio aquella conversación entre sus padres y Caroline. Él espera poder saber algo más acerca de su quiebre con Hunter, pero no le da más vueltas al asunto, tampoco alguien sigue el tema de conversación. Una vez la cena termina, Caroline y su madre se levantan y recogen los platos, los padres de los chicos nunca están demasiado pendientes de ellos, sólo hablan los temas relacionados al instituto, alguna cosa sobre algún viaje o las líneas de crédito. Caroline camina y se para al lado de Eddie , lleva puesto un vestido color celeste, es liviano y fresco, lo usa porque las temperaturas han aumentado los últimos días. Recoge el plato del chico, se miran y se ve tentada a la risa, él posa su mano en la parte trasera de su muslo derecho, da una caricia y ella sonríe, sus padres no lo notan.
Madre. Deja ahí las cosas. Caroline y yo podemos levantar la mesa, Eddie siempre es cordial con sus padres.
Se para, terminando con aquel contacto, coge unas copas y caminan juntos hasta la cocina.
No debiste hacerlo, dice Caroline. No sería gracioso si ellos se enteran.
Descuida.
Creí que querías mantener las distancias, la chica deja las cosas en el lavaplatos y se pone los guantes de goma.
Nunca te hable de distancia, Eddie deja un beso en su hombro y ella cierra sus ojos. Por cierto, te queda lindo el azul. O celeste.
Deberías saber que el jugueteo es lejos de papá y mamá, la chica siente el aliento de Eddie en su oreja.
Bueno. A ti te gusta incomodarme cuando estamos solos. No veo lo malo si quiero incomodarte alguna vez. Además. Ellos jamás sospecharían de que me miras con otros ojos, se ríe.
Dios. ¡Qué payaso eres!, la chica mueve su cabeza como si Eddie hubiera contado el mejor chiste. Tu también me miras con otros ojos. Me quedo callada, pero te he descubierto mirándome, Eddie se pone rojo y evita mirarla. Es tierno que te pongas así, ni deberías preocuparte. Pero no me cargues todo el peso. Yo te busco y tú caes.
Habla más despacio, Eddie susurra cerca de ella , mira hacia todos lados y después acaricia su brazo. Por cierto. En la cena no pude decirte que ese beso en la playa estuvo bien, ella sonríe y se voltea para quedar frente a frente, le roba un beso de los labios y Eddie la separa de él. Caroline..., ha palidecido del susto.
