Jack observa por la ventana, es domingo y los Munson están de vuelta en casa, Caroline y Eddie van en los asientos traseros. Ve cómo se bajan, y como cada cual va hacia la puerta. Durante el fin de semana ha estado viendo las fotos de Caroline, las imprimió y las guardó en una carpeta. Siempre pasa lo mismo cada vez que llega a una nueva casa, ahora fue casi instantáneo, ese día la vio llegar de la escuela, le gustó la manera en cómo su falda se mueve al caminar, después fue a pedir un cargador a pesar de tener miles en casa.
El viaje donde los abuelos ha estado bien, Eddie y Caroline hicieron sus esfuerzos por parecer los mismos de siempre, aunque claramente a veces les costaba un poco, sobre todo cuando corrían por el césped y se atrapaban en abrazos inocentes, aunque Eddie susurraba cosas al oído, probablemente las cosas más indecentes que la chica escuchó alguna vez en su vida, pero de alguna manera, aquello no le resulta transgresor, para ella aquello es lo que le anima a levantarse últimamente.
Después de hacerlo ese día viernes, no supo qué contestar a Eddie, le dijo que lo quería, se limitó a quererlo sólo porque no quiere que Eddie sospeche que ella piensa más de lo debido en él.
Una vez que Jack cierra la ventana, camina hacia su carpeta, saca las fotos de Caroline, se queda mirando aquella en la que Eddie baja lentamente su falda, le gusta que Caroline sea esa clase de chica a la que no le importa cogerse a su hermanastro, es eso lo que le fascina, le gusta cómo es que ella parece dulce, pero se imagina que ha de ser una buena amante, aunque es todo lo contrario, Caroline parece tener alas cuando se trata de Eddie, sólo salta si él lo hace, tampoco lo confiesa, no se lo dice, pero ella es así con él, porque cree que Eddie se ha convertido en su lugar de paz, aunque halla una paz algo extraña, pero que le hace sentir bien.
Pega una foto de sus caderas, está con zoom, la pega en la pared, en una pared especial, cree que Caroline no es como las otras, ella es la chica, ella es la indicada, y está seguro de que ella podría satisfacer todas sus necesidades si es que él es lo más mínimamente amable con ella, tiene una visión completamente equívoca de la chica, piensa que jamás podría ocupar el camino de la fuerza, por eso es que se imagina que ha de ser suave como la seda.
Los dos se encuentran en el cuarto de Eddie, él tiene su cabello mojado por la ducha que ha tomado, y ella también ha tomado una.
Estás muy callado, dice Caroline. ¿Pasó algo?
Nada. Odio comenzar una nueva semana, Eddie le sonríe y le hace un gesto para que se acerque a él. Pero me gusta cerrar los domingos contigo, los dos se ríen, Eddie jala de su mano y la recuesta en su cama, acaricia su rostro y aparta unas mechas de su cabello. Eres linda, extrañe besarte a mi antojo el fin de semana, ella se ríe y lo apega a su cuerpo.
{...}
Después de literatura, Eddie y Caroline se han reunido en los baños, se han metido en un cubículo, desde la cafetería se han estado mirando, se sonríen, se sonrojan, y saben que deben tener un encuentro, ella está pegada contra la pared, dejando que él se apodere de sus labios.
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she's thunderstorms
FanfictionEddie y Caroline son los hijos de una familia armada, abandonados por sus padres que están más enfocados en darles un buen pasar económico, parecen no caer en la cuenta de que poco a poco se sumergen en una relación extraña, intensa, y con ojos ince...