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Estamos con la Pincoya en la pieza, quería hablar con alguien sobre lo que había pasado el sábado, no habíamos hablado a profundidad.

-Lulo quería hablar contigo-

-¿De que?-

-De lo del sábado, o... de todo igual- me senté al frente de ella-

-Tu sabe' que me puedes contar lo que quieras chica. Se que tu eri media cerra' pero aquí siempre voy a estar- me decía, yo sonreí y asentí.-

-Si.. gracias. Bueno, sentí mucha rabia que la weona me hablara así, no me gusto que haya metido a mi abuela porque no, no había necesidad. Quería pelea, la tuvo, si, pero no había necesidad de meter a la familia, en ese momento tenía tanta ira que si la Cony no me saca... no se. Una vez en el colegio una niña me dijo que mi abuela no tenía ni un brillo y yo le saque en mechón de pelo- hice una mueca- pero eso es tiempo pasado, si bueno.-

-Chica yo te entiendo, yo me hubiese puesto hasta peor si me nombran al pipe- su hijo-

-Si pero igual, pude haberme puesto muy mal y se vio mal afuera, no se, pero es eso más que nada-

-Si la gente es inteligente va a ser entendible-

Asentí lentamente- sabes que me da pena el Rai, me da pena su carita después de todo lo que lo puteo la Cony. Te lo digo a ti porque tú me das más consejos, y eso, la Cony me diría que no lo pesque y la wea pero independientemente de eso yo le tome un cariño al Rai y me puedo no pescarlo después de todo lo que hizo por mi, ¿cachai?- ella asintió-

-Yo te entiendo, a mi igual me da lastima a veces-

-Si...  es que igual es importante para mi aquí porque como que remplazó al Seba, si yo con el Seba estábamos todo el día juntos y como que él tomó el "papel" del Tatan y puta weon no se, me da pena, tambien con las weas de las pastillas-

Hablamos un poco más sobre esto, ella me comentaba que también le daba un poco de pena pero sentía que se lo merecía por mentirnos a todas...

Salí de la pieza en dirección a la cocina y me cruce al Hans haciéndose un huevo.

-Hola guapo- le dije con una sonrisa y el me miro igual con una sonrisa-

-Hola linda- me dijo y seguramente me sonroje un poco- ¿Como estas?- pregunto.

-Bien, aburrida- bufé mirando como se servía el huevo en el plato y caminaba a la mesa, me senté al lado de él- ¿y usted?- me miro

-Trátame de usted de nuevo y tiramos aquí mismo, me da lo mismo- dijo agarrándome la cara, me mee-

-ay- dije tímida y él soltó una carcajada-

-Estás roja- me dijo y miro su plato-

-Mira lo que provocas, Hans Valdés- me paré de la silla y me mire en el espejo de la cocina. Me pase las manos por la cara al ver que estaba roja y decidí ignorar el hecho de que parecía tomate- ¿Quieres algo para tomar?- pregunté, el me abrazo por la cintura y me sentó arriba de él- estás cariñoso hoy-

-Yo soy así- sonrío y coloco su cabeza en mi pecho-

-Comete eso y vamos a acostarnos- nos miramos y le guiñe el ojo, le di un piquito para parame- ¿Vas a querer algo para tomar o no?- el negó-

-Me como esto rapido no más- reí y rode los ojos divertida-

Se comió el huevo y lavo el plato. Estaban alguno en la cocina.

-Buenos dias- Dijo la Scarlette llegando a la cocina-

-Buenos dias- le dije yo y unos más-

Unas manos mojadas en mi espalda me hicieron dar un saltito, el Hans paso sus manos mojadas por debajo de mi polera, me di vuelta y le pegue un manotazo, el solo sonreia.

Timídez |• Hans Valdés.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora