DEATH NOTE | OMEGAVERSE

III

Tiempo después de vuelta del fin de semana, Light caminaba después de clases por el patio de la escuela, encontrándose por casualidad con L, cara a cara.

—Hola, Ryuzaki. —sonrió.

—Hola, Light.

—Te quedé debiendo una salida a la cafetería, ¿te gustaría ir ahora?

—Me parece bie...

—¡¡Light!! —gritó Misa, interrumpiendo al beta.

'Maldita sea, esta chica tiene demasiada pila'

—¿Cómo estás? ¡Te extrañé mucho! —besó su mejilla y lo abrazó fuertemente.

L miraba la situación apático.

—Oh ¿y él? Ahh ¡cierto! él es Hideki...

'¿Eh?... ¿Por qué este chico tiene otro nombre en su cabeza?'

Light la miró con una sonrisa maliciosa, dándose cuenta de que ahora estaba en una posición sumamente favorable.

'Listo, ¡gané! Misa conoce su nombre y su rostro, solo necesitamos el momento exacto para escribirlo...'

—Sí, soy Hideki Ryuga, pero me gusta que me digan Ryuga. —estrechó la mano con Misa.

—¡Soy Misa Amane! ¡novia o-fi-cial de Light!

—Claro... —respondió risueño el pelinegro.

Light se ruborizó de la vergüenza.

'¿Por qué dice eso en voz alta... y con ese tono?'

—Misa, ¿te molestaría si te robo a tu novio o-fi-cial por este re-ce-so? —respondió imitando el tono y la pose que ella acababa de hacer, arrepintiéndose automáticamente —necesitamos estudiar... álgebra... tú sabes.

'Qué situación más patética' —se golpeó mentalmente L.

—Claro, te dejo Light, te amo. —le besó la mejilla y se despidió.

Los chicos la miraron, Light desvío la mirada al suelo, avergonzado y L lo miró fijamente, analizando la situación.

—No parece ser muy tú tipo. —dijo L.

—No lo es.

—¿Y qué haces con ella?

—No he tenido pareja, creo que estaría bien experimentar un poco.

—Qué balurdo.

—Puede ser... pero es una buena chica.

—Pero no te gusta.

—No.

— Jajaja... ni siquiera tibuteaste.

—...

—No entiendo la necesidad de la gente de estar con alguien que no le gusta por banalidad social, cultural, económica... es triste, ¿no?

—¿Tú has estado con alguien?

—...

—Jajaja, entonces no hay mucho qué opinar.

—Touché.

Ambos chicos rieron, desviando las miradas hacia direcciones contrarias.

—¿Sabes? La idea de estudiar álgebra era una excusa, realmente, me gustaría jugar un partido de tenis contigo... por ahí escuché que fuiste campeón dos años seguidos y te retiraste por razones desconocidas, yo también fui jugador de tenis británico en mis tiempos, así que me gustaría jugar otra vez ¿Qué dices?