DEATH NOTE | OMEGAVERSE

VII

Todos quedaron atónitos ante la noticia de la detención de Light. Fue encarcelado en máxima seguridad en la torre de L, privado de libertad indefinidamente, algo no muy legal, pero con contactos y dinero, todo es posible.

El padre de Light tuvo que dar declaraciones de un cambio al extranjero por una plaza a la universidad de Bunkyō, Tokio por todas las especulaciones que se tenía de Light al verse siendo encarcelado a las afueras del colegio, sobra decir que ni siquiera logró graduarse correctamente de su escuela en la ceremonia de fin de año.

Takada escuchó la noticia que se regó como la pólvora, al día siguiente fue a la casa de los padres de Light y lo recibió su madre, presentándose, entró con ella un rato a darle de su consuelo.

—Siento mucho lo que está pasando con Light, que lo estén acusando injustamente cuando debería estar disfrutando de sus vacaciones es simplemente lamentable, un golpe bajo en la supuesta estrategia de L.

—Sí, ya no doy más de la preocupación de no poder hacer ver a mi hijo impune de esos supuestos delitos, estoy destrozada, todo el futuro de Light se está yendo por ese estúpido investigador. —sollozó en los brazos de Takada.

La omega abrazó a la mujer, dándole cumplidos y palabras emovitas.

Pero ella no estaba para quedarse a llorar con ella.

—Señora Yagami.

—Dime, linda.

—¿Podría pasar a la habitación de Light? Necesito buscar un pinche que se me quedó cuando estuve aquí.

—¿Cuándo estuviste aquí?

—Ha...hace unos días,  Light me invitó a tomar café y estudiamos... se me quedó un pinché en él lo guardó en su habitación. —dijo, muerta de la vergüenza, la madre de Light no sabía que ella ya había estado allí a solas con su hijo.

—¿Un pinche? Pero si tú tienes el cabello corto, hija.

'Mierda'

—Disculpe, era un pinche de mi madre antes de fallecer.

'Qué carta más barata de autocomplaciencia'

—Oh, lo siento, claro, sube, está al frente de las escaleras.

La mujer le dió un abrazo y subió, en la habitación de Light tomó su maletín y de el sacó la Death Note, la guardó en su bolso y bajó.

—¿Y eso? —Miró L en las cámaras. —¿Qué tomó?

Amplió la imágen, en las manos de Takada se divisó la libreta negra.

—Death Note... Interesante. —sonrió, mordiéndose el pulgar.

Tomó si teléfono y llamó a Naomi Misora.

< Hola, Naomi.

> L ¿cómo estás?

< Bien, ¿y tu?

> Sigo de luto, pero todo está bien.

< Lo siento much...

> Basta de cordialidades, dime qué necesitas.

< Tengo un trabajo para ti, pero no sé si estarás en la capacidad de realizarlo aún.

> ¿Y para qué me llamas, entonces?

< Porque eres la única detective buena y este caso es contra a otra mujer.

> Dime.

Takada se retiró después de un rato de la casa de Light y empezó a caminar hacia la suya, a pesar de verse serena, estaba sumamente nerviosa, tenía que ponerse a trabajar para que no sospecharan de Light y liberarlo lo antes posible.