Capitulo 22

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Elijah

Para cuando terminamos de comer, ya eran pasadas de las cinco. Pagué la cuenta y caminamos hasta el coche para poder ponernos en marcha hasta mi departamento. 

La comida en sí no fue tan desastrosa como una parte de mí pensaba, quitando que Noelle y yo nunca podríamos ponernos de acuerdo en algo, fue sorprendente la manera tan amena en la que se tornaron nuestras conversaciones. 

―Todavía son las cinco y media.―Le oí decir mientras yo le quitaba el seguro a mi coche. 

Alcé una ceja y me encogí de hombros.

―¿Y qué me quieres decir con eso?

Dio un rápido vistazo a la playa para sonreír después.

En cuanto entendí lo que quería, negué casi de inmediato. 

No, una cosa era compartir con ella una comida para celebrar el poder que sentía, y otra muy diferente era satisfacer sus caprichos estúpidos.

―Estás completamente loca si crees que voy a mojarme los pies en el mar. 

―Yo no he dicho nada de mojar los pies,―dijo obvio y alejándose del coche poco a poco―solo dar un paseo en la orilla, el agua ni si quiera te rozará.

―He dicho que no.―Volví a dejar clara mi decisión.

Sonrió de forma socarrona y acomodó su diminuto bolso sobre sus hombros. 

―Oh, ¿pensabas que te estaba pidiendo permiso?―Comenzó a caminar―solo te estaba invitando a dar un paseo conmigo en forma de agradecimiento por la comida.

―Volverás andando―quise dejarle en claro abriendo la puerta del conductor, no daría mi brazo a torcer.

―No lo creo.―La oí decir lo suficientemente alto.

La vi caminar hacia las escaleras que daban a la playa. Sus caderas se movían de un lado al otro de forma lenta y seductora. La brisa azotaba su cabello azabache haciendo que las ondas de este se movieran sobre sus hombros. 

Hice una mueca con mis labios y me froté la sien comenzando a enojarme. 

<<Solo por esta vez, esta única vez.>>

De mala gana cerré la perta del coche y metí el seguro. Bajé por el mismo lugar por donde bajó ella y en menos de veinte pasos ya caminábamos a la par. 

―Cierra la boca―dije al ver como separaba sus brillantes labios para decir algo―y comienza a caminar, como te pares te arrastro hasta el coche y conduciré hasta llegar al apartamento así grites y patalees. 

Soltó una carcajada y se sujetó de mi brazo para tirar de él y comenzar a caminar. 

―¿Por qué te cuesta tanto ceder el mando?―habló todavía sujetada en mí―no siempre tendrás el control de todo lo que te rodea, Elijah.

Era muy hipócrita de su parte soltarme aquellas palabras cuando ella era la primera en hacer una rabieta cuando algo no salía según sus planes. 

―Si quieres iniciar una discusión solo tienes que pedirlo. 

Vi de reojo como negaba con la cabeza con una sonrisa en sus labios. Chasqueó la lengua y se mantuvo callada los siguientes diez minutos que seguimos con aquel ridículo paseo que se le había antojado. 

―¿Cuando crees que iniciaran las especulaciones sobre nosotros?

Arrugué la nariz mientras pensaba. 

Envidia [#2 Pecados]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora