Capitulo 11

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Elijah

Dupont se agarraba a mi brazo mientras que yo reposaba una de mis manos en su espalda. 

Mientras ella saludaba a los demás modelos que se le iban acercando, yo solo observaba a mi alrededor sin gracia en el rostro. 

Había varias agencias aquí. La gran mayoría de los modelos que estaban en el local, formaban parte o de mi agencia o de la asiática. 

Varios de ellos trataron de disimulara el asombro en sus caras en cuanto nos vieron salir del coche juntos, fallando en el intento claro estaba. 

Después de dar nuestros nombres al segurata de la puerta para poder ingresar en el establecimiento, la música comenzó a notarse a medida que nos acercábamos. El lugar era muy espacioso; la barra donde se encontraban los bármanes estaba justo en medio de la pista. Todo en sí era lujoso y gritaba a voces que no cualquiera podría permitirse entrar ahí. 

Actores, modelos y directores de cine eran los que acostumbraban a frecuentar este tipo de lugares. 

—Vamos a pedir algo. Me muero por probar los daiquiris. 

Comenzó a tirar de mí sin esperar respuesta. Entrelazó nuestras manos y se fue haciendo paso entre la multitud de la gente para poder llegar hasta su objetivo. 

—Un daiquiri de frambuesa por favor—el chico asintió sonriendo y le preparó uno con especial dedicación. 

Rodé los ojos ante eso, la gente ya no sabe qué hacer por echar un polvo. 

—¿Y tú?—Después de coger su bebida y sonreírle de manera amable al barman, se giró hacia mí aún con mi mano en su espalda. —¿De qué quieres el tuyo?

—No pienso beber nada. 

Ella rodó los ojos y se volvió a girar para hablarle al chico. 

—Un daiquiri de fruta de la pasión también, por favor. 

Fruncí el ceño y la acerqué hacia mí pegando su espalda con mi pecho, bajé la mano libre que tenía hacia su cadera y le di un apretón. Ni si quiera se removió incómoda. 

<<¿Me está ignorando?>>

—Te he dicho que no quiero nada.— Dije en su oído comenzando a irritarme. 

—No le vas a hacer el feo a tu chica ahora que ya lo ha pedido, ¿verdad?—con su mano libre acarició mi mejilla cariñosamente. 

Tuve que contar hasta cincuenta para no apartarla de un manotazo y mandar todo a la mierda. 

Odio el exceso de contacto físico. 

—Aquí tienes, que lo disfrutéis chicos. 

Después de que ella le volviera a sonreír, estiré un poco el brazo para poder coger el daiquiri y llevármelo a la boca absorbiendo el líquido de su interior por la pajita.  

Noelle esperó a que terminara de tragar el contenido para hablarme. 

—¿Y bien?, Está bueno ¿verdad?

—Sabe como la mierda. 

Mentí. 

Era el mejor daiquiri que había probado en meses, la fruta se mezclaba en mi paladar junto con el alcohol. El sabor dulce pero fuerte de este hacían el contraste perfecto. Probablemente me las apañaría para deshacerme de ella y pedir otro sin que se diera cuenta.

—Claro.—sonrió sabiendo que mentía. 

Echó un vistazo alrededor nuestra y volvió a tirar de mí para caminar. 

Envidia [#2 Pecados]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora