Me obligó a escribir lo que sentía. Me tocaba suave y luego salvajemente mientras yo redactaba estas líneas muriendo por finalizar para aliviar tanto deseo. Metió sus dedos dentro mío con tanta pasión que comenzó a costarme concentrarme en escribir. Por momentos disminuía el ritmo y me daba la posibilidad de continuar describiendo tanto placer. Pero de pronto sus manos comenzaban a moverse violentamente y no pude evitar cerrar mis ojos y gozar.
- Escribí. - me dijo en un susurro oscuro.
Y me excitó tanto que comencé a desear que la tortura finalizara, que me cogiera ahora a mismo por haber sido una buena putita para él. Deseaba salir victoriosa, cumplir su pedido. Pero el placer que me estaba dando me obligaba a borrar y reescribir más veces que las habituales. Por supuesto debí editar el escrito cuando note que algunas oraciones tenían palabras escritas con números y signos de puntuación. Una clara muestra de mi sometimiento.
Cuando descendía el ritmo intentaba enfocarme en mejorar mi narrativa, describiendo en detalle todo lo que me hacía. Por momentos me sobresaltaba un movimiento un poco más rudo y por otros se desvanecía dejándome llena de deseo y suplicando en mi interior por más velocidad. Deseaba urgentemente tener un orgasmo, pero él parecía divertirse con eso. Mis ojos comenzaron a cerrarse por tanto placer y comencé a escribir imaginando el teclado en mi mente. Para mi fortuna las configuraciones predictivas ayudaron bastante a que las palabras tuvieran sentido.Escribí lo que sentís. - sentí su voz retumbar en mi mente, como si él me estuviera recordando con sus ojos lo que me ordenó.
Mi mente sin embargo deseaba expresarse de otra manera.
Para no incumplir a mi deber como sumisa comencé a tipear un listado de sensaciones y acciones que ejerció sobre mí.FROTÓ MI CLITORIS VIOLENTAMENTE. FALTA HUMEDAD.
LO NOTA
ME MOJA
ME FROTA CON VIOLENCIA.
ME MOJO MAS
DESEO TENERLO ADENTRO.
BAJA EL RITMO.Y de esta manera caí en una especie de bucle temporal. La lista se repetía una y otra vez. En un momento dejó de tocarme. Levanté la vista y preguntó:
- ¿Y? ¿Escribiste? -
- Ya casi termino. - respondí para intentar aliviar su ansiedad.
Y decidí así, finalizar estas palabras pensando que parecía imposible que un simple juego me provocara tanto placer.
Pero si solo me tocó un poco, pensé.
No era solo el contacto. Era el juego mental que ejercía sobre mí. Llenarme de sus dedos con violencia, elevarme hasta no poder más y retirarse para impedirme el orgasmo.
Violencia y suavidad, el shing y el shang. Y ese hombre, noble y tan cuidadoso de mí, me sometía nuevamente a sus fetiches más peculiares.
Aunque pensándolo bien ¿será que materializa sus fetiches o hace realidad los míos?
Solo sé que me sentía más deseada que nunca.
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Educando a Gina
Roman d'amourDesperté un día anhelando cumplir mis fantasías. Un simple relato leido la noche anterior encendió una chispa que estuvo apagada durante unos 6 años de desconexión. La magia de internet. Su presencia y su compañía jamás dejaron de ser una necesidad...