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Las manos de la pelinegra estaban ligeramente temblorosas y eso la tenía enojada. Le enojaba tanto ser débil ante esas situaciones, le enojaba no poder reaccionar de otra forma y odiaba bloquearse en esos momentos, pero por sobretodas esas cosas, odiaba el hecho de que finn no se había preocupado en lo absoluto por ella.
Se lavo la cara con agua fría intentando de esa forma quitarse la angustia de la mirada y se fue a preparar. Ada le había avisado que tendrían una reunión familiar en el garrison y ella debía asistir porque ya era parte de la familia shelby.
Se arreglo un poco y aunque seguía sintiéndose nerviosa por la ansiedad que recorría su cuerpo, se dirigió al garrison.
-Lamento la tardanza, tom.-Se disculpo con el ojiazul apenas entro al garrison. El contrario le regalo una ligera sonrisa y la invito a sentarse, y eso hizo. Tomo asiento junto ada, observando que finn ya se encontraba en el lugar y que también estaba el idiota de Bill.
Los ignoro.
Thomas presentó a su hijo. La pelinegra estaba sorprendida al igual que todos los demás porque nadie sabía de aquel joven casi de la edad de ella, pero thomas les explicó la situación y todo parecía tener sentido.
Tenía los mismos ojos azules que todos los shelby's.
Duke shelby.
A simple vista parecía un joven callado, pero demasiado observador. La miro fijamente durante unos segundos y sonrió de forma ligera casi de una manera imposible de notar, y rápidamente volvió a poner atención a las palabras de su padre.
Hablaban de la verdad y en el idioma de los gitanos. Skye no lo hablaba, pero le encantaba escucharlos, aunque finn no parecía estar muy contento con la situación.
Luego de unos minutos thomas le ordenó arthur que se lo llevara y antes de abandonar el garrison, el nuevo shelby volvió a poner sus ojos sobre la pelinegra.
Le erizo la piel.
¿Qué estaba pasando?
Skye bajo la mirada a sus manos cuando sintió como Bill la observaba. Parecía nervioso y finn estaba molesto con todos.
-Vamos a casa, finn.-Pidió en un susurró apoyando su mano sobre la del contrario.-Por favor.-Insistió al no tener una respuesta.
-No, vete tú.
La pelinegra lo miró en silencio. No entendía que estaba pasando con finn y porque estaba actuando de esa forma con ella, pero la estaba lastimando. Odiaba que fueran así con ella. Indiferentes.
-Por favor, finn.-Siguió. Quería irse a casa con él, porque cuando estaban en su hogar todo se sentía mejor y finn era tan dulce con ella.
-No me hagas repetir las cosas, skye. Vete tú a casa.-Murmuro con molestia, pero esta vez la miro a los ojos.
-No me hables así, shelby.-Ordenó la pelinegra poniéndose de pie.-Yo no tengo dueño, finn. Nunca vas a poder decirme que hacer.-Aclaro antes de irse del garrison.
Estaba tan molesta y decepcionada con el contrario. Odiaba que finn le ocultara cosas o se pusiera a la defensiva con ella, no quería que las cosas entre ellos fueran de esa forma.
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—¿Puedo preguntar algo?
Arthur, lo miró y asintió. Ambos se estaban alejando del garrison y lo ponía contento que duke comenzará a querer hablar más.
—Si, lo que quieras.
—¿Quién es la chica que se disculpó con tom cuando llego?—Pregunto con curiosidad. Tom, no la había presentado cuando llego, pero parecía ser parte de la familia.
—Oh.. skye.—Musito arthur.—Ella es la chica de finn, amigo. Ni intentes acercarte ahí.—Advirtió.
—No parecía su chica.—Confesó con total tranquilidad.—No tenía un anillo en su dedo.
—Te aseguro que pronto lo habrá.
Él asintió.—Entonces.. la chica de finn.
—Si, así es.—Lo miro.—¿Te llamo la atención? Es hermosa, todos sabemos eso, pero tienes que respetar.
—Lo es.—Confesó.
—Duke dime que no harás nada.—Pidió arthur con seriedad a la vez que frenaba su caminar.
Se giro con una ligera sonrisa llena de picardia—No, no haré nada.
