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Nᴀʀʀᴀᴅᴏʀ
La joven pelinegra abrió lentamente la puerta de su apartamento, adentrandose en el, intentando hacer el menor ruido posible. Era muy tarde y era muy probable que finn, se encontrara en el cuarto. Solo deseaba estar entre sus brazos de nuevo.
Polly, le había dicho que finn, se estaba quedando en su apartamento, esperando por ella. Pensaba que en cualquier momento podría volver y él, quería estar para ella.
Habían sido muchas horas de viaje para volver a casa y mañana tendría mucho que hacer por esas chicas, pero en ese momento solo pensaba en volver a verlo.
—Te regañaria, pero en estos momentos solo quiero que me abrazes con mucha fuerza.—La voz de finn, la hizo sobresaltarse. Se giro, viéndolo salir de la cocina con un café en la mano.
Sin pensarlo dos veces, se acerco abrazándolo con todas sus fuerzas. Era la recarga de energía que necesitaba en ese instante, solo ser ellos dos durante toda una noche.
Finn, beso su cabello antes de separarse ligeramente de ella para verla mejor y apoyo su mano en la mejilla de la pelinegra, viendo sus ojitos cansados.
—Ella murió, finn.. —Susurro mientras él le acariciaba el rostro. Las primeras lágrimas cayeron.
Cuando estaba con él, podía ser ella y demostrar sus sentimientos reales. Con él, podia llorar y ser lucia.
Se permitió llorar a su madre, después de tanto.
—Tranquila.. Ella debe estar muy orgullosa de su niña.—La abrazo nuevamente, permitiéndole llorar en su pecho.
—Ni siquiera pude llorarla, no podre verla una vez más..—Su voz estaba rota y su respiración se cortaba a causa del llanto.
—Ella siempre estara en ti, acompañándote a hacer todo lo que te propongas. —Con cuidado la guio hasta el sofa.
—Se fue y me dejo sola.
Sonó como un reclamo, hacia su madre. Como si fuese una niña pequeña.
—No estas sola, ahora me tienes a mi y a toda mi familia.—Le aseguro secando sus lágrimas.—Nunca más estarás sola, lu.
—¿Y si decides irte? ¿Quien me va a asegurar que estaras para siempre?—Le reclamo algo que no habia pasado aun, ni que iba a pasar.
—Es una promesa, lucia. Tu y yo, vamos a casarnos.—Apoyo sus manos en las mejillas de ella, haciendo que lo mire fijamente.—Seras la madre de mis hijos y la mujer de mi vida.
—¿Lo dices en verdad? ¿Formarias una familia con alguien como yo?—Le pregunto.
—Por supuesto. Y seré el hombre más feliz del mundo, nos tendrán envidia de la gran familia que seremos.—Sonrio dejando un pequeño beso en sus labios y otro en su frente, antes de abrazarla.
—Gracias, finn.
—Vayamos a la cama, preciosa. Seguro estarás muy cansada y tienes que descansar.—La guió hasta el cuarto cuando la vio más tranquila.
—Él vendrá por mi.—Le dijo cuando se sentó en la cama, finn la miro mientras se quitaba la camisa.—Lo se, no parara hasta tenerme.
—Si se atreve a pisar las calles de small heath, no saldrá con vida.—Aseguro muy seriamente.
—Tengo miedo, finn..
—Nadie te pondrá un dedo encima, mietras yo este con vida. Te lo prometo a ti y a tu madre, sobre mi cadáver te harán daño.—Sonaba muy seguro de sus palabras.
Ella le sonrió débilmente. Nunca nadie habia sido así con ella, nunca la habian amado de esa forma y con esa seguridad.
—Gracias por amarme tanto.
—Gracias a ti, por demostrarme lo que es amar a alguien.
