19. Tentaciones

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🐼: Gold Rush - Taylor Swift


"Para escribir de amor, tienes que estar enamorado o con el
corazón roto, y no sé cuál de las dos es peor."

Charles Bukowski


¿Cuántas veces una persona es capaz de contar la misma mentira varias veces? Lo más impresionante sobre ellas es que, después de repetirlas, se vuelve tan fácil continuar. Cada vez con mayor lujo de detalle y con las expresiones faciales adecuadas; uno es capaz de incluso, creerse nuestras propias mentiras. Están tan bien armadas que son el perfecto equilibrio, el perfecto equilibrio entre pensar que se hizo un excelente trabajo, o seguir mintiendo porque se descubrió una nueva habilidad.

Una simple mentira piadosa puede llegar a recorrer el mundo entero hasta el punto de que nadie recordará la verdad, antes de que incluso pueda ponerse los zapatos y salir a combatir. Cuando una sola persona lo vivió, es fácil colocar una máscara, pero ¿qué pasa cuando llega alguien más que la conoce a la perfección? Estuvo ahí, vio, escuchó y almacenó todo. Si es propia, ¿por qué no pueden dejar en paz esa burbuja? La realidad es que los seres humanos, absolutamente todos, somos egoístas y algo en nuestro interior se quema cuando presenciamos felicidad en otro ser humano; especialmente uno que conocemos y ese pensamiento interno aparece. «¿Por qué no puedo tener lo mismo que él o ella?» «No es justo». Quizá sea cierto, no existe ningún mal por querer también ser felices; entonces ¿por qué arruinar la de alguien más?

Estoy viviendo en una, me gustaría que fuera una burbuja de paz y felicidad, pero desear algo como eso es casi imposible. Esos dos términos no se relacionan conmigo, yo soy la responsable de que no pueda terminar de crear mi propia burbuja. Me gustaría encerrar esos pequeños momentos en una cápsula del tiempo y enterrarla donde nadie jamás la pueda encontrar, únicamente yo. A veces creo que podría hacerlo enfrentando mis miedos y revelando la verdad.

La verdad...

— ¡Camila!

Meneé la cabeza y la realidad me golpeó fuertemente. Miré hacia abajo y el envase de plástico estaba al desborde de agua y el grifo abierto en su totalidad. Dije una palabrota y cerré el grifo, mi ropa está empapada y pesará un mundo cargarla hasta la lavadora para el drenaje. Suelo lavar mis jerseys a mano y por separado por la tela que es más delicada.

— Estuve hablándote durante diez minutos como lora hasta que me di cuenta de que no me estabas prestando atención —se quejó. Vacié el agua del envase y los dos jerseys estaban a estallar en agua—. ¿En qué estabas pensando?

— En pajarito preñao'.

Es día de lavado. Robin y yo venimos todas las noches de martes para lavar nuestra ropa, en caso extremo, los jueves en la noche. Después de las nueve, el área de la lavandería se vacía casi por completo lo que lo hace más cómodo y, por supuesto, más privado. Falta poco para Navidad y por ende, las vacaciones y quiero dejar todo lo suficientemente arreglado antes de irme. Pasaré la festividad en casa con mis padres ya que el Año Nuevo me quedaré en la residencia al no valer la pena tomar el tren para tan pocos días.

— ¿Qué te tiene tan perturbada?

— Lo siento. No sé qué me pasó.

— No ha sido únicamente hoy... —objetó dándome una mirada rápida antes de que la máquina emitiera el sonido finalizando sus labores.

Tiene razón. Una semana se cumplirá mañana desde que Abby fue transferida a la J. Marine. Mi única preocupación era mantener la mentira de Robin, Pheebs, Max y Dylan. Literalmente ha puesto mi mundo de cabeza. Incluso el misterioso regreso de mi madre ha quedado en segundo plano, no vivo con ellos y, aunque tratamos siempre de hablar todos los días; el hecho de no estar con ellos físicamente, creo que me ha dado un respiro. Sin embargo, eso no elimina el hecho de que un día me sorprendan con la anulación del divorcio o un embarazo sorpresa. No, ya pasaron esa etapa, espero.

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