Capitulo Veintiocho: El perro, la rata y la luna.

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Febrero 3 de 1994

La pareja de esposos volvían del pueblo por uno de los tuneles. Habían ido a buscar comida aunque no habian encontrado mucha. La chica traía una bolsa con algunas frutas, pan y el diario Profeta.

Cuando llegaron a la casa, Sirius no estaba. No se molestaron ya que el solia salir a comer.

La castaña clara dejo las cosas sobre la cama y se sento en el balcón a ver un poco el cielo. Desde hace años era lo unico que era estable. El cielo, las nubes y la maldita luna.

—¿tomaste la poción? —Pregunto el pelinegro desde dentro de la casa. Jenna solo bufo y él supo que era un sí.

Cuando Regulus se acercó a ella en el balcón, como si la castaña fuera un resorte salió de allí hacia la cama. Agarro el periódico para poder distraerse.

—Jenna...amor por favor...—Ella soltó enojada el periódico y lo miro. No quería decir nada que la moléstese ya que el sabía que se pondría de mal humor por la luna llena.

—¿No entiendes las indirectas? — Regulus pasó su mano por su cabello y suspiro. Para cuando levanto la cabeza Jenna estaba frente suyo. —No quiero hablar contigo.

Regulus asintió sin decir ninguna otra palabra pero parecía que la castaña no terminaba. —¿Sabes porque? —Regulus negó mientras guardaba sus manos en los bolsillos. — Me dejaste, nunca me diste ninguna señal de que tal vez siguieras con vida. No solo desapareciste para el mundo mágico, sino que para mí también ¿Nunca te habías puesto a pensar en cómo me sentía yo? No ¿Verdad? Pues te diré como me sentí, tenía tanta tristeza que te hice una tumba con tu varita en Francia para tener un lugar en donde llorar. Porque no tenía nada de ti más que ese pedazo de madera y mis recuerdos.

Regulus se esperaba un golpe bajo por su condición actual por la luna pero no un golpe tan bajo. Ella no estaba llorando pero el azabache tenía un fuerte nudo en la garganta. Jenna volvió sentarse en la cama y tomo el periódico. Regulus se alejó sentándose en una esquina del lugar.

Las escaleras comenzaron a rechinar y ambos supieron que era Sirius. Al notar la tensión en la habitación no dijo nada. Se sentó a un lado de Jenna. Aunque esa también fue una mala idea porque ambos pudieron ver la noticia que decoraba la primer portada del El Profeta.

EL PRIMER MINISTRO HA TOMADO UNA DECISIÓN.

Alexandre Dupont será sentenciado el 3 de febrero en la noche por sus crímenes.

A pesar de no haber confesado el paradero de su compañero de crimen, Sirius Black, el será el primero de ambos en recibir el beso del Dementor.

Sirius le arrebato el diario a Jenna que estaba estática, para poder leer lo que seguía aun sin creer que ejecutarían a su pareja.

—No puede ser...—Susurro Jenna con lágrimas en sus ojos. Regulus se levantó del suelo acercándose a ellos. —Ejecutaran a Alexandre hoy en la noche.

Los ojos de Jenna divagaban por toda la habitación. En su mente pasaban millones de planes para poder detener al ministro. Pero ninguno era muy conveniente para ellos.

—Debemos hacer algo. —Dijo finalmente Sirius.

Jenna comenzó a caminar hacia el balcón y coloco sus manos en el débil barandal. Un sollozo salió de sus labios por la impotencia. Unas risas de niños se hicieron escuchar y ella miro a los causantes. Gracias a la luna podía escucharlos a pesar de que estuvieran algo lejos

—¿Entonces la gata de Hermione se comió a su rata? —Dijo una chica de pelo negro.

—Eso decían pero ya la encontraron, ahora Ron la lleva a todas partes. — Pronto una idea cayó a su cabeza.

All For Love || Fred y George Weasley ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora