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En medio de aquel denso bosque, antes de llegar a la cordillera, se veían las tenues luces blancas de linternas que no lograban iluminar mucho a su alrededor, estas provenían de un grupo de personas que cruzaban por ahí. Dirigidos por un hombre robusto, agarrando la linterna en una de sus manos, y en la otra, un arma, tras el venías dos hombres parecidos al primero, que resguardaban una fila de ciertas personas que iban encadenadas, entre ellos, una pequeña niña con el pelo desordenado y empapado. arrastando sus pequeños pies descalzos en medio de toda esa tierra y piedras que se incrustaban en su piel.
Tras el fin de esa fila de personas, otros dos hombres armados cubrían la retaguardia. Para la pequeña niña, todos esos hombres eran mounstros, y perdida en su aturdimiento termino caminando sin un rumbo con ellos. tras haber visto como asesinaban a su familia y la tomaban a ella, como si fuese una pequeña esclava, pero su joven mente todavía se sentía aturdida y en shock. Por más que quisiera ver el rostro de sus captores no podía con tanta oscuridad, parecía una pesadilla, una horrible pesadilla que no tendría fin.
Poco a poco salían del bosque, y empezaban su escalinata por la primera montaña. En ese momento la voz áspera de uno de los hombres resonó. —Tenemos que seguir, la paga por estos esclavos es demasiada jugosa. – dijo refiriéndose a todas esas personas como esclavos, pero ninguno sabía a quién le pertenecían. —Pero con esta tormenta no podremos pasar – replicó otro. —Tiene razón, deberíamos de esperar a que termine. – uno más habló. pero el que estaba a mando no replicó y aún así continuaron con el trayecto.
Las horas pasaban y la lluvia poco a poco se calmaba. pero aquella sería la calma antes de otra tormenta aún peor para ellos.
En un momento los pies de la pequeña niña ya no soportaron y se desplomó en el piso, rápidamente hizo que toda la fila se detuviera. Uno de los hombres de atrás no dudo en levantarla torpemente de su brazo, apretandolo fuertemente como para romperle uno de sus pequeños huesos.
La niña soltó un grito pero el hombre le respondió gritando aún más fuerte. —CÁLLATE MOCOSA, PONTE DE PIE Y CAMINA! – y así la arrojo para que siguieran con su camino. La pequeña niña tras impactar contra el duro suelo empedrado no hizo más que ponerse de pie y caminar nuevamente.
—Hombre esto es más difícil de lo que pensé ¿Por qué Kano hace tratos tan extraños con gente extraña? – preguntó el otro hombre. —Ni idea viejo, lo que me importa es la paga. – respondió el que anteriormente había gritado a la niña.
Ninguno de ellos se dió cuenta que poco a poco eran rodeados por sombras. Sombras sigilosas y letales, tan silenciosos que solo se escuchaban las pequeñas gotas de agua chocar.
La pequeña niña, perdida en sus silenciosos pensamientos seguía caminando, su esperanza de vida había desaparecido, algo muy horrible para una pequeña como ella.
—Esperame un rato, iré adelante hay algo que me huele mal. . . – se escuchó la voz de uno de ellos y se vio su sombra pasar rápidamente empujando a todos los que podía.
Pasaron así unos segundos de silencio antes de escuchar disparos y gritos. Todo era confusión a ojos de la pequeña. los destellos de adelante y los ruidos que provenían, hasta que atrás ocurrió lo mismo solo había un hombre, pero este empezó a disparar como loco a sombras que se movían con agilidad.
La desesperación del hombre se escuchaba en sus gritos, en sus jadeos, mantenía los ojos bien abiertos pero no veía nada. A los segundos regreso su compañero y empezó a disparar a sus rehenes. —Matalos! Nadie debe de sab-
No termino de decir su frase, pues le habían hecho una perfecta cortadura en su cuello degollandolo. Las otras personas que estaban encadenadas, o murieron por los disparos o simplemente tomaron un arma y rompieron sus cadenas para escapar. Pese a sus intentos todos fueron cazados, algo que vio la niña y el último de esos hombres que los tenían de prisioneros.
Este como un cobarde huyó, tomando a la niña entre sus brazos, con el pensamiento de que si la veían con una niña pequeña le tendrían piedad. En su desesperación resbaló y terminaron cayendo unos mentros más abajo de aquella montaña. Aquello fue mucho para la niña, ya no podía más, tan solo quería dejar de sentir tanto dolor, ya no quería caer más, ya no quería caminar más, tan solo quería regresar a su hogar con sus padres, pero recordó que esos hombres los habían asesinado, la habían dejado sola en un mundo tan cruel sin la protección que ella debía de tener, tan solo siendo una niña ya había percibo la crueldad del mundo, la maldad de las personas, y un deseo de venganza se apoderó de su pensar.
Se incorporó antes que el hombre, vio su arma tirada a un lado al igual que uno de sus cuchillos, y el hombre tratando de levantarse. La pequeña no dudó, corriendo se agachó para agarrar con ambas manos aquel cuchillo, un cuchillo inmenso para alguien pequeña, lo agarro con fuerza y cuando el hombre se volteo para ver si ella había sobrevivido a la caída, lo último que vio fue la cara de la niña llena de odio, iluminada por un relámpago que caía con la lluvia, y el filo de su cuchillo entrando directamente a su ojo.
La pequeña apuñaló y apuñaló la cara de aquel hombre hasta dejarlo irreconocible. su sangre salpicada en su cara, en su ropa y en sus manos, le daba todo el aire de un asesino. Respiraba de forma agitada y tan solo se quedó viendo la grotesca obra que había causado.
Por su detrás las sombras se le quedaron viendo, hasta que una se acercó a ella. Era un hombre vestido de negro y azul, con su cara encubierta. La fornida figura que presentaba se posicionó detrás de la niña, y con la delicadeza de un hombre afectivo tocó suavemente el hombro de la pequeña.
Al tacto la niña se dió vuelta y empezó a llorar desconsolada, había visto lo que ella había hecho, todo lo que vivió simplemente se desbordó en un llanto, su sufrimiento de estos últimos días se vería en un fin, pero ella no sabía cómo terminaría aquello, tan solo quería un abrazo. Y aquel hombre se lo concedió.
—Terminamos con todos. – dijo el hombre mientras sujetaba a la niña cargándola entre sus brazos. —Busquen a los que escaparon, y averigüen si hay más grupos así. Yo regresaré a la fortaleza. . .
—¡Si Gran Maestro! – replicaron los demás en un mismo tono y al instante se separaron
—Ya pequeña. . .llora todo lo que debas de llorar, tu valentía ya me la demostraste ahí abajo. Aquí estarás a salvó. . .aquí con nosotros. . .
Así el hombre que llamaron por Gran Maestro, se llevó a esa pequeña niña, con su clan, pues el sabía que ella no tenía la culpa de haber estado ahí. La lluvia cesó y solamente quedaba un frío rocío nocturno. cada vez más helado, a medida que subían a la cima de las montañas, dónde grandes edificaciones de fachadas antiguas se verían iluminadas por cálidas luces.
—Bienvendia a los Lin Kuei.
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( ❆ ) 𝑻𝑹𝑨𝑰𝑻𝑶𝑹 - 𝘉𝘪-𝘏𝘢𝘯
Fiksi Penggemar✒ historia basada en el videojuego Mortal Kombat Oc x Bi-Han ( sub zero ) written: gg