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Jaemin salió al porche, inhalando el aire fresco de la mañana. Estiró los brazos arqueando la espalda mientras sacaba el pecho. Sus articulaciones hicieron un ruido seco, cuando Jaemin, finalmente exhaló. Tomó un sorbo de café mientras veía a Jeongin seguir a Jaehyun.

El padre de Jaemin manejaba el rancho, pero su Pá decidió abrir su hogar a las personas menos afortunadas que necesitaban ayuda para volver a estar de pie o que huían de un abusador.

Jeongin era un Fey. El tipo era agradable, cortés, y un poco extraño en opinión de Jaemin.

Jeongin había ayudado a Jaemin, Pá y Wonwoo a encontrar a Wooyoung cuando el pequeño niño fue secuestrado por el líder de los Fey. Wooyoung era el hijo de Wonwoo, el hermano de Jaemin. El niño era adorable y tenía a todos los hombres Kim girando alrededor de su pequeñito dedo. No había nada que Jaemin no hiciera por Wooyoung o Wonwoo.

Eran una gran adición a su familia.

Shanta, el líder de los fey, era un diabólico bastardo. Había tratado de sacar provecho de la sangre de Wooyoung cuando descubrió que la sangre del bebé era la cura para la droga Liquid Wrath que era mortal para paranormales.

Jaemin aun apretaba los dientes al pensar en cómo Shanta había querido tener a Wooyoung como una fábrica de sangre y usar la sangre del bebé para venderla al mejor postor.

Pero, Jeongin había ayudado a encontrar no sólo a Wooyoung, sino también a Felix, la pareja de Hyunjin, que había sido secuestrado por Shanta.

Ese había sido un paso equivocado.

Hyunjin era el gemelo de Jaemin, y su mejor amigo. No porque fueran gemelos, sino porque amaban meterse en problemas juntos. Pero desde que Hyunjin se había emparejado, le habían cortado las malditas bolas. El hombre ya nunca más se metía en problemas. Así que Jaemin sabía que también sus días de meterse en problemas habían terminado. Tenía una pareja y un hijo... sobrino que cuidar ahora. La responsabilidad hacía que hasta el más grande niño creciera en un santiamén.

Y Jaemin había sido el más grande niño por aquí, junto a Hyunjin. Su gemelo quien siempre lo vencía sin problemas. Él iba a extrañar un infierno esos días, pero Jaemin esperaba con gusto dar el siguiente paso con su pareja y entrar en su rol de padre. Eso sería, si Renjun alguna vez dejaba a Jaemin llegar a primera base.

De cualquier manera, ¿cuál era exactamente la primera base?

—¿Vas a trabajar en algún momento hoy o te la vas a pasar mirando hacia la tierra de los sueños todo el día? —su Pá preguntó cuando salió al porche.

Kim Mingyu era el hombre más grande que Jaemin hubiera visto. Y eso era mucho viniendo de él. Pero el tamaño de su Pá no era lo más importante del hombre. Era su amabilidad, su aceptación. Su Pá tenía el corazón más grande que cualquier otro hombre que Jaemin conociera, y Jaemin no tenía nada más que respeto y admiración por él —aunque el hombre realmente asustaba a Jaemin cuando la jodía.

—Sólo estoy disfrutando de mi café antes de empezar ―dijo Jaemin mientras tomaba otro sorbo de la negra bebida.

—Hay algo diferente en ti, hijo. —Su Pá se quedó ahí, examinando a Jaemin con sus ojos, haciéndole sentir como si estuviera bajo el microscopio. Jaemin se movió, inclinándose hacia la derecha, lejos de su Pá.

—Parecía que me ibas a dar un beso.

Pá se rio entre dientes. —Ya has madurado.

—No es la palabra con M, Pá —Jaemin advirtió mientras bajaba las escaleras del porche. Iría a mirar hacia la nada en otra parte. Su Pá realmente vería su tonta expresión y Jaemin quería estar lo más lejos posible de él.

El Renjun de Jaemin -JaeJun/RenMin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora