BIANA TORRES
Los chicos van distraídos comiendo helado con Margot que ha ablandado su alma y ahora es la humorista del grupo. Nunca la vi tan feliz rodeada de personas, y mucho menos después de lo que pasamos en China. Fiorella va enganchada de su brazo izquierdo y Diva del otro, mientras tanto Devan, Nader y yo que vamos detrás a muy pocos metros sostenemos una discusión acerca de lo que el jovencito quiere estudiar en la universidad.
Nader lo apoya en todo y solo dice que lo que sea que él escoja debe hacerlo pensando en que va a ser el mejor para que culmine en el tiempo correcto. Él es estricto, pero también un apoyo enorme que si los niños saben aprovechar con madurez podrán llegar muy lejos en sus vidas
Sigo sin creer que este niño ya esté presentando pruebas preuniversitarias. Parece como si hubiera sido ayer cuando lo conocí a él y a su hermana, eran dos pequeños miedosos a los que había que cantarles en las noches para que se tranquilizaran.
Devan alcanza a las chicas y Nader y yo nos quedamos solos, atrás.
—¿Y tú qué? —le hablo.
—Yo nada.
Se me hace más guapo de lo que ya de por sí era, es como el vino: más delicioso con los años.
El helado se le está chorreando y me detengo para lamer la vainilla sin quitarle los ojos de encima, es un gesto atrevido que hasta me acalora a mí. Debo confesar que nuestra relación como amigos es mucho más divertida que como novios o esposos.
Definitivamente el compromiso caga las relaciones.
—Quieta, fiera —Su forma de decirlo me hace sonreír y me hago hacia atrás con las manos en alto.
—Lo siento, no puedo dejar de imaginarnos juntos, mientras me coges y ahorcas.
Y se ruboriza tratando de esconder esa sonrisa sexy que tiene.
Tenía poco más de cinco meses sin verlo, la última vez que los visité Margot había estado un mes atrás con ellos. Y es importante decir que, hasta ahora mi amante favorito ha sido el libanés. Puede ser porque ya nos conocemos, o porque aún tengo sentimientos fuertes hacia él. No lo sé.
Que no responda no me afecta, pero también me hace saber que ya no tengo tanto control sobre su vida.
—Ya veo que no me extrañaste. Ni modo, supongo que tienes tu atención en otra chica, no te culpo.
Y es la verdad, él tiene tanto derecho como yo de cogerse a las mujeres que quiera. Es soltero, guapo y responsable.
—Claro que te eché de menos, Bi
Y su confesión me hace feliz.
Quiero brincarle encima para comérmelo todo, pero, ahora no es momento de desatar mis hormonas. Vine a visitar a los niños y también para planificar con Margot lo que haremos con la información que tenemos.
Si somos rápidas y astutas, podremos desmantelar esa maldita red. Pero también necesitamos un buen equipo, conmigo expulsada del SIPM y Spence metiendo las manos en la candela por nosotras es obvio que no contaremos con el apoyo del sistema.
Nader toma mi barbilla y me planta un beso que me derrite frente a sus ojos. Y definitivamente este era el escape que necesitaba.
No obstante, la felicidad no me dura mucho porque una mujer que sale de la nada tropieza contra mí y no es hasta que se quita los lentes que logro reconocerla.
No me jodas.
No me muevo, estoy atónita y Nader que no entiende mi reacción también se detiene para mirarla.
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Santa Infiel
RomanceCuando un enemigo del pasado vuelve con más fuerza, Spence debe buscar al único hombre en la tierra capaz de ayudarle a exterminarlo: Massimiliano Benedetti, expulsado, exiliado y dado por muerto. Y mientras que Biana busca venganza por su propia ma...