6 | Villano

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SPENCE LOMBARDO




El bombardeo en Roma no cesa y aunque Estados Unidos se ha pronunciado en contra de los ataques Terroristas encabezados por Rusia ya llevamos más de diez días de guerra en donde han muerto más de tres mil ciudadanos italianos.

El mensaje es claro, recibimos una amenaza por parte del equipo de Daris Faricci, quieren asegurarse de que Elizabeth Grani asuma la derrota y se retire de los comicios. Santino Rinaldi es quien encabeza toda esta revuelta y estamos de manos atadas porque se nos han volteado quienes menos esperábamos.

Básicamente han dejado a Elizabeth en un: te retiras por las buenas o atacamos a tu país.

Y la destrucción de Italia bajo su mandato es un arma que juega en su contra.

—¡Están matando a familias enteras! —Se desespera Grani con lágrimas en los ojos—. Voy a aceptar el trato.

—No —Bruzual, uno de sus asesores, está en contra—. Precisamente eso es lo que quieren, tomar el poder por las fuerzas y que todo quede disfrazado de democracia mientras que bajo la mesa nos ponen contra la pared—. Debemos seguir en pie.

—No están jugando limpio —Se queja uno de los integrantes de su partido—. Creo que debemos...

—¡Es terrorismo! —Bruzual está rojo de la impotencia y yo no tengo ni una puta idea de cómo voy a decirles que mi hermano ha dicho que no.

Y encima que ha enviado una propuesta sexual a Elizabeth. Toda una falta de respeto.

—No me interesa, voy a retirarme de las elecciones.

Niego con la cabeza, lo peor es que nos están empujando a darle el apoyo total a Daris Faricci. Que Elizabeth se retire y lo respalde para sobre asegurar su victoria.

—¿De dónde carajos Santino Rinaldi está sacando poder?

Voltean a verme.

Tengo más de dos años buscándolo para arrestarlo, pero es escurridizo el hijo de puta. Y ni siquiera está en Italia el cobarde.

—No quiero más muertes —La presidenta se seca las lágrimas, cogiendo un segundo aire para continuar—. Voy a retirarme para darle el apoyo a Faricci.

Lamentable toda la situación a la que hemos llegado.

—¿Y Massimiliano apareció?

Bingo. Y ahora es mi turno de colocarle la cereza al pastel.

—No aceptó hablar conmigo —Miento. No diré que el cabeza dura se negó a ayudar después de enterarse de lo que estaba sucediendo en el país. Su país.

—¡Carajo!

—Vamos a esperar —Pido yo tratando de infundar calma—. Tampoco lo necesitamos a él. Podemos...

Grani niega, preocupada.

—¿Qué voy a esperar? ¿Que maten a más personas? ¿Que extingan el país entero?

—Si Estados Unidos interviene le daremos inicio a la tercera guerra mundial —Suelta Bruzual—. Estamos solos y debemos resolverlo solos. Spence tiene razón, no lo necesitamos. Podemos buscar...

La puerta se abre de golpe y lo que mis ojos ven me deja perplejo.

No puedo creerlo.

La asistente de la entrada viene corriendo con las mejillas rojas, un tanto despelucada. El nerviosismo se le ve en las manos temblorosas que se aprieta con la mirada en el suelo

—Lo siento, el señor hizo caso omiso a mi orden y no pude detenerlo.

Imposible detener al diablo.

—Sal de aquí, mocosa. Me estaban esperando.

Santa InfielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora