."Vamos, Clint. Dejala que vaya un rato" habló Natasha, intentando convencer a su mejor amigo de dejar ir a su sobrina a una fiesta con amigas.
Toda la familia estaba reunida en la sala de Clint. Era raro ver a todos reunidos, ya que, teniendo sus propias vidas ya cada quien veía por si mismo y sus familias. Pero era hermoso ver como su familia siempre terminaban en su casa.
Natasha estaba en el sofá y a su lado estaba Wanda. Ambas tomadas de la mano mientras bebían de un par de copas. Para Clint ver a su amiga, a su hermana tan feliz, lo hacía sentirse feliz. Al igual que ver a Tony y Pepper tan emocionados por Morgan. Steve estaba sentado al lado de las chicas, "platicando" con Tony, pero en realidad estaban peleando. Bruce platicaba con Thor y se reían de los niños que intentaban levantar el martillo de Thor. Era agradable verlos disfrutar, como una familia."Escucha a la tía Nat, papá" se quejó Lila. Ella enserio quería ir con sus amigos a esa fiesta.
"Si Clint. Dejala ir" los demás interfirieron, intentando ayudar a la adolescente.
"Te quiero aquí para la 1:00, ¿oíste?" la chica asintió entusiasmada mientras le daba un beso en la mejilla y se despedía de los demás.
Ver como sus compañeros de trabajo se convirtieron en su familia por elección era y siempre será un sentimiento que nunca olvidara.
Continuaron charlando por un rato. Tenían que ponerse al corriente con todo. En especial Clint y Nat. Aunque hablaban por teléfono de vez en cuando, no era lo mismo contarse las cosas en persona. Y a Clint le urgía saber como es que Wanda termino con un collar con una 'N' en ella. Y quería saber como demonios es que Natasha Romanoff le abrió las puertas al amor. Así que salieron de la casa de los Barton en dirección al granero para más privacidad.
Wanda se quedo jugando con el pequeño Nathaniel Pietro. El niño parecía no querer despegarse de ella en ningún momento y la pelinaranja no se quejaba. Ella adoraba al niño.
"¿Cómo, tú y Wanda? ¿Qué pasó?" fue directo al grano, si. Pero la curiosidad lo carcomia. Y Nat no pudo hacer otra cosa más que burlarse de él.
"Es complicado"
"Me gusta lo complicado. Tengo todo el tiempo del mundo para escucharte" Nat lo miro y ambos se sonrieron. Era de esas sonrisas con las que sabías que no te juzgaría, y ¡Por Dios! Era Clint. Clint Barton, el hombre que conoce toda su historia, el que conoce todos sus errores y nunca la a juzgado por sus números rojos. Es imposible que la juzgue por enamorarse.
"Tal vez..." quería contarle. Ella ansiaba contarle toda su historia de amor. Pero no sabía cómo. Así que empezó a dar vueltas por el granero mientras Clint la veía con paciencia. "Cuando te retiraste el equipo se fue separando poco a poco, así que Wanda era la única que vivía completamente en el complejo, al igual que yo... Resultó que somos muy parecidas, y todas las noches, cuando Wanda tenía pesadillas e iba a la cocina para cocinarse, yo la acompañaba. Nos acompañabamos mutuamente... Ella derribó cualquier muro que yo ponía. Simplemente me enamoró con todas las veces que me hacía detalles ñoños, con las flores, los poemas, las cartas, su maldito acento sokoviano. Me mostró qué el amor no es para niños" concluyó sonriendo. Clint se acercó hasta ella y la abrazo.
"Me alegro que la brujita llegará a tu vida, Nati" murmuró Clint sintiendo como su mejor amiga le correspondía el abrazo. Se sentían completos uno con el otro. "Se que algún día serán una familia hermosa, con hijos. Como siempre quisiste" aseguró el castaño.
"Hubiera pasado si no me hubieras tirado" atacó Natasha, cambiando completamente su tono de voz y expresión.
"¿Qué?" preguntó confundido y herido por ser empujado por su mejor amiga.