La luz de la noche entraba por la ventana de aquella habitación. Una linda casa en la bella California, con un auto estacionado en su propio gsraje con la seguridad de saber que, mañana volvería al trabajo. El calor poco reconfortable en su habitación era lo más común, a lo que estaba acostumbrada en estos 5 años de matrimonio.La pareja se daba la espalda sin intenciones de dar o recibir algún tipo de calor de su contrario.
Aire golpeando suavemente su ventana, fácilmente podría arrullar a cualquier. Pero sus pensamientos estaban tan lejanos a ellos que ni siquiera podían notar o escuchar algo a su alrededor. Pensaba en lo tonta que fue en el pasado y en lo que pasaría ahora mismo si sus decisiones hubieran sido diferentes. Todas las noches se lo preguntaba.
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En un apartamento decente, mucho menos lujosa que la casa en la que vivía, compartían momentos dos jóvenes amorosas. Sentadas en el sofá, mirando la tele mientras se abrazaban cálidamente. Ni una veía lo que se reproducía en el televisor, estaban más concentradas en acariciar sus aterciopelados cuerpos.
Sonreían sin poder evitarlo, sentir el suave toque de su amante en su piel era más que emocionante. Sus corazones bailaban en un vaivén de emoción y creían estar volando en ese momento.
Susurros en el apartamento, suaves besos y tiernos empujones que las llevaron a la habitación. Ambas desnudas sobre la calida cama, compartiendo sonrisas y sin poder evitarlo, queriendo más. Unas horas antes tan solo estaban jugando viejos juegos de mesa mientras charlaban sobre el trabajo de oficiales. El estrés del trabajo era enorme, pero tenerse la una a la otra era lo mejor del día. Volver a casa y saber que la persona que te ama te está esperando es el mejor sentimiento que pueden sentir.
Odiaban tener que fingir ser tan solo amigas, pero sabían que si se declaraban abiertamente como pareja, no tendrían ni un solo ascenso, sus carreras se podrían irse al caño y ser excluidas de sus familias también estaba en sus preocupaciones ya que, ambas provenían de familias fuertemente católicas. Así que, de la puerta del departamento para afuera, para lo que a todo el mundo tiene entendido son las mejores amigas del mundo.
- ¿Alo? - el momento fue interrumpido por una llamada, como siempre. - Si, cariño... Iré en un momento.
Ah cierto, Natasha tenía pareja además de Wanda. Muchos pensarían que era la amante, pero ella estuvo con Natasha desde su primera vez ¡Ella fue su primera vez! Steve solo era un idiota que no sabía controlar sus pantalones y corazón, a veces sentía lastima por el sujeto. Natasha acepto y la convenció con el argumento de "mantener la apariencia de alguien heterosexual." Era tan idiota y le rompía el corazón ver cómo Steve podía besar en publico a su chica mientras que ella tenía que esperar a estar en las sombras para si quiera tomar su mano.
¿Por qué lo acepto? Simplemente amaba con gran intensidad a Natasha, no podría negarse a cualquier petición suya, aunque eso significará romper su propio corazón.
- ¿En serio tienes que irte? - la esperanza en la voz de Wanda delató su fuerte deseo de tenerla por el resto del día, incluso de sus vidas.
La pelirroja se cambiaba, lista para salir del apartamento e ir a su "vida normal." Pero Wanda jalaba su brazo para que volviera a la cama.
- Tengo que volver con Steve, iremos a comer con los chicos del recinto. Probablemente deberías de ir también. - informó, tratando de liberarse del agarre de su novia.
Wanda soltó su brazo, poniéndose la camiseta para cubrir su cuerpo. - ¿Para qué? ¿Ver cómo besas a Steve?
El recelo en sus palabras lograron que Natasha prestará completa atención en la chica en la cama, que estaba cruzada de brazos y con claras intenciones de llorar un poco.