Peter gruñó cuando le di con el algodón en la herida. Ésta por suerte no era muy profunda, al contrario que la anterior. Al principio pensé que iba a necesitar puntos, pero tras mirar más detenidamente e intentando recordar lo que Els me había explicado sobre enfermería básica, conseguí curarle sin necesidad de aguja.
Cuando acabé con la herida que estaba curando, pasé a otra e hice una mueca con la boca cuando la vi. Tenía un trozo de cristal incrustado en la piel, y esperaba que no fuese muy profundo. Mirando entre las cosas del botiquín que Peter me había proporcionado, busqué unas pinzas para poder sacar el trozo de cristal. Pero por más que busqué, no encontré ninguna.
Exasperada, me levanté sin decir nada y miré por toda la habitación. ¿Dónde podría tener Peter unas pinzas? Entré en el baño y busqué sin encontrarlas.
Al final, acabé buscando en su habitación. Vi unas tijeras y, sosteniéndolas entre mis manos, pensé durante varios segundos. Después, me acerqué a Peter y cogí el alcohol, derramándolo sobre las tijeras. Puse una mano al rededor de la herida, intentando abrirla todo lo que pusiese con los dedos. Peter dio una sacudida y suspiró. Acerqué las tijeras al trozo de cristal e, ingeniándomelas, conseguí usarlas como pinzas. Cuando tuve el cristal firmemente cogido, empecé a tirar hacia afuera. Peter se movió y yo lo miré.
-No te muevas -le espeté.
Me miró con la cara contraída. Aspirando aire, volví a mi tarea. Seguí tirando mientras Peter se tensaba más y más. Cuando acabé de sacarlo, suspiró y se relajó. Miré la herida y mi respiración se cortó.
-¿Que pasa? -preguntó.
-Creo que necesitas puntos -respondí, mientras cogía una gasa limpia y se la ponía encima de la herida para que absorbiese la sangre-. Deberías ir al hospital y que te los pusiesen.
Peter rió con amargura.
-No puedo presentarme en un hospital con todas estas heridas. ¿Qué puedo decirles? ¿Que acabo de llegar de salvar la ciudad? -lo miré y apreté más la mano contra su herida-. No voy a ir allí. Si no quieres, yo mismo me coseré la herida.
Metió la mano en el botiquín intentando encontrar una aguja e hilo. Cuando por fin los sacó, rodé los ojos y le pegué en la muñeca, haciendo que las dos cosas cayesen.
Las recogí e hice lo mismo que antes. Bañé la aguja en alcohol y me las ingenié para meter el hilo, aunque mi mano no hacía más que temblar. Miré hacia todas partes antes de empezar.
Su habitación seguía iluminada por la luz de la mesita que ahora enfocaba sus heridas. La ventana estaba abierta, haciendo que todo el frío entrase. Había temblado varias veces, pero no sabía si era por frío o miedo. Mi mente estaba colapsada. Habían pasado un montón de cosas en unas simples horas y no sabía cómo encajarlas.
Pero había una cosa que estaba bastante clara: Peter era Spider-man.
Y, aun sabiendo eso, no podía evitar pensar que él no podía serlo. Que el famoso Spider-man no podía ser justamente el chico con el que estaba empezando a salir.
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Peter Parker ◇ Spider-man [Editando]
Fanfiction"―Gr-gracias por salvarme -farfullé. Me miró durante unos segundos. ―Ese es mi trabajo. Reí. Pero antes de que pudiese decir algo más, una fuerte explosión me echó hacia atrás haciéndome chocar contra el edificio...