Peter Parker ◇ Spider-man [Editando]

6. "Creo que me he saltado varias leyes"

Ya casi podía oír el sonido típico de los coches en las calles de Nueva York. Había estado andando durante un buen rato desde la casa de Peter, y en todo el camino no había escuchado ni un ruído. Casi podría haber dicho que parecía una ciudad abandonada, lo que parecía completamente imposible si nos referíamos a Nueva York.

Así que supuse que la razón de que no hubiese nadie por la calle a esas horas era que, además de ser un poco tarde y estar alejados del centro de la ciudad, todo el mundo estaría donde el atraco se acababa de producir, posiblemente esperando a ver a Spider-man salvar el día de nuevo.

Y entonces me recordé que yo tenía trabajo que hacer. Que si él salía, yo tenía que hacerlo junto a él.

Por un momento agradecí el llevar la cámara en la mochila. Recuerdo haberme burlado esa tarde de Peter porque llevaba la cámara en el cuello, cuando yo hacía exactamente lo mismo, pero la tenía guardada en mi mochila.

Así que, dispuesta a darme prisa para llegar al centro de Nueva York antes que Spider-man, cerré bien la cremallera de mi chaqueta y aceleré el paso. Por el camino soplé, haciendo que una pequeña neblina blanca saliese de mi boca, haciéndome sonreí. Desde pequeña me había hecho gracia hacerlo, porque era como si estuviese fumando. Els y yo, de pequeñas, nos reíamos cada vez que lo hacíamos y nos gritábamos la una a la otra señalándonos: "¡Estas fumando!"

Y, con una sonrisa en la cara, cogí mi móvil cuando sonó. Mientras forcejeaba para poder sacarlo de mi mochila, se me ocurrió que el que me estaba llamando podría ser Peter para ir a ehcar las fotos. Por una parte quería que fuese él, aunque no estaba demasiado segura de por qué.

Pero él no podía ser. Estaba segura de que no se centraría en el trabajo si su tía estaba en peligro, por lo que acabé descartando la idea casi al segundo.

Miré la pantalla del móvil y rodé los ojos. Era Els.

—Els, hola —le dije cuando acerqué el móvil a mi oreja—. Ya estoy llegando, no te preocupes. Solo he pasado el día en casa de...

—¡Skye! —su voz sonaba entrecortada y agitada, lo que hizo que dejase de andar y contuviese la respiración—. Estaba en... —gritó y se oyó un fuerte ruido.

—¡Els! ¿Dónde estás? ¿Qué está pasando?

—Los atracadores han entrado en la oficina en la que yo estaba. Cogieron a algunos rehenes. Hay muchos heridos.

—¿Qué? —Mis piernas empezaron a moverse a una velocidad increíble mientras intentaba escuchar lo que decía Els—. ¿Tú estás bien?

—Sí, no te preocupes. Estoy intentando curar a varios heridos. Pero los atracadores están por aquí, en alguna otra planta.

—¿Y tú dónde estas, Els? —mi voz temblaba por el miedo. No le podía pasar nada a Els. Me negaba a ello.

—Me he escondido en la habitación de la impresora, en la segunda planta. Antes han pasado por aquí y han disparado varias veces. Si hay gente herida tengo que ayudarlos —se oyeron varias voces a lo lejos acompañadas de la respiración agitada de mi amiga—. He llamado a la policía, pero no sé qué es lo que va a pasar. Quería llamarte a ti porque, si no salgo de ésta...