—¿Lo has entendido? —me preguntó el señor J. Jonah.
—Eh..., no. ¿Puede repetirlo?
Hoy no era mi día.
Había llegado tarde a mi primer día de trabajo y encima mi jefe parecía tener un humor de perros. ¿Era así normalmente o es que hoy le había molestado que su nueva empleada llegase tarde? Descarté esa idea al instante. Cuando entré a su despacho, ni siquiera sabía quién era yo, así que dudaba mucho que esa fuese la razón por la que estaba tan amargado.
Aparte, mientras hablábamos, había interrumpido varias veces la conversación para coger el teléfono. Él siempre se disculpaba diciendo que era importante y se ponía a hablar como si no importase que una chica nerviosa estuviese esperando en su despacho. Así que, mientras él hablaba, yo aprovechaba para pensar en mi mejor amiga, Els, que vendría hoy a la ciudad. Su vuelo llegaba a las dos de la tarde y era yo la que tenía que ir a recogerla. Pero dado que ésta conversación se alargaría lo suyo, pensé en mandarle un mensaje para qué cogiese un taxi.
Vi que estaba distraído, así que saqué el móvil de mi bolsillo y busqué entre todos los contactos a Els hasta encontrarla. Cuando lo hice, empecé a escribir el mensaje, pero J. Jonah empezó a hablar sin que yo me diese cuenta.
—Las fotos que me mandaste estaban bien —dijo con un cierto tono de disgusto—. Veo que se te da bien la fotografía en movimiento, así que he pensado en darte tu primer trabajo. Es algo así como una especie de prueba. Estoy seguro de que si la pasas te ganarás un buen puesto aquí.
Sonreí entusiasmada.
La fotografía se me daba bien, pero lo que de verdad me gustaba era sacar fotos a cosas en movimientos. Era algo que siempre me había fascinado y por lo que decidí dedicarme a la fotografía.
Me parecía algo mucho más natural, en vez de fotografiar a alguien que posaba con una sonrisa, hacerle una foto a alguien distraído. Así era como se mostraban como eran realmente.
—Como sabrás, hay un tema del que se habla mucho ahora en Nueva York: Spider-man.
Arrugué la nariz. Había oído hablar de él, pero no llegaba a tragarlo del todo. Sabía que era un justiciero y que ayudaba a las personas, ¿pero lo hacía porque quería o porque quería que la gente lo adorase?
Además, se tomaba la justicia por su propia mano, quitándole el trabajo a la policía.
—Sí, lo he visto algunas veces en la televisión.
—Pues tu trabajo va a ser fotografiarlo. Tienes que buscarlo y echarle las mejores fotos. De esas fotos depende nuestro periódico. Él tiene que estar en primera página y para eso necesitamos una foto de primera —respiré hondo. ¿De verdad tenía que hacerlo? Me convencí a mí misma "Es el trabajo que siempre has querido, Skye. No puedes desaprovecharlo. Serán solo unas cuantas fotos"—. Por supuesto, no estarás sola —continuó—. Ya contamos con uno de nuestros empleados que lleva algún tiempo fotografiando a Spider-man: Peter Parker —dijo. Recordé al chico con el que me había chocado al entrar—. Empezarás mañana. Para Spider-man no hay ni un solo día en el que no salga a las calles —noté cierto tono de desprecio en su voz—. Por lo que tampoco lo habrá para ti. Si él sale, tú sales. ¿Entendido?
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Peter Parker ◇ Spider-man [Editando]
Fanfic"―Gr-gracias por salvarme -farfullé. Me miró durante unos segundos. ―Ese es mi trabajo. Reí. Pero antes de que pudiese decir algo más, una fuerte explosión me echó hacia atrás haciéndome chocar contra el edificio...