Jaemin sonríe para sí, admirando a Renjun nadar en la piscina de afuera. Por suerte, Jeno le había convencido de usar un bañador para evitar inconvenientes con alguna visita inesperada «y, para qué engañarse, no enloquecer a su lobo»; sin embargo, Jeno se había retirado hace unos minutos por un asunto pendiente.
Renjun se sube sobre la colchoneta inflable y se desplaza por el agua entre pataleos, haciendo a Jaemin suspirar con cariño, antes de desviar su atención hacia el costado cuando percibe que alguien se acerca. Es Lucas, que ha regresado del trabajo, y ahora luce pensativo. Jaemin le mira con curiosidad, viendo el momento justo en el que Lucas se da cuenta de la silueta de Renjun, riendo alegre en el agua.
Lucas guarda silencio en un principio, pensando bien sus palabras. ―¿No está mal desear a Renjun? ―pregunta finalmente, todavía con la mente llena de las cosas dichas hace unos días.
Jaemin tararea, sonriéndole a Renjun cuando él le mira. Lucas lo hace también, moviendo sus dedos a modo de saludo. ―Yo también lo deseo, ¿y? ―dice, tratando de bromear con el mayor.
Lucas hace una mueca. ―Sabes a lo que me refiero ―responde, mirando a Renjun con preocupación―. Él me importa realmente y no quiero verlo de ese modo o, más bien, sólo de ese modo ―agrega, exhalando.
Jaemin desvía su mirada, buscando una respuesta. ―Yo me lo como ―admite, sin ver el problema―. Y no por eso no me importa o sólo lo veo de esa manera ―se explica―. Además, que lo desee no significa que me acueste con él a cada oportunidad ―menciona entre risas.
Lucas hace una mueca de ironía. ―Tú eres... diferente ―menciona, sin querer hacerlo sentir mal. Jaemin era muy raro―. Tienes una moral muy retorcida y extraña ―le recuerda.
Jaemin siempre había visto las cosas de una forma muy particular, incomodando y molestando a otras personas.
Jaemin se encoge de hombros, yendo hacia donde Renjun. Se inclina y lo llama, tomando sus manos. ―Junnie, es hora de un bocado ―dice con alegría, recibiendo un asentimiento a cambio.
Lucas frunce su entrecejo, viendo a Jaemin comerse la mano de Renjun. Niega para sí, perdiéndose en sus pensamientos, y no habla sino hasta algunos minutos después. ―Espera, ¿de verdad nunca has tenido sexo con él? Como, sexo real ―cuestiona, recordando la escena del otro día.
Jaemin niega, masticando la carne en su boca. Se la traga y bromea con Renjun, sacándole unas risas antes de morder otro de sus dedos. Lucas murmura para sí.
Era obvio que Jaemin sí lo deseaba, a tal punto de coquetear con él constantemente, hacerle insinuaciones y jugar con él, pero que no se lo hubiera llevado a la cama aún y mucho menos de forma recurrente era raro hasta para él.
Entonces, Lucas se da cuenta de algo. ―Te gusta ―dice de pronto, sorprendido―. De verdad te gusta, como un enamoramiento serio ―abre mucho los ojos, incrédulo.
No podía creerlo. A Jaemin le gustaba todo el mundo, pero todo quedaba en un cariño dulce y juguetón.
Jaemin escupe sobre la cara de Renjun, tomado con la guardia baja. Renjun cierra los ojos al momento, sin saber qué sentir ante su propia sangre y partes escurriendo por su rostro. Jaemin se disculpa y le echa agua para lavarlo. ―No me gusta Renjun ―se queja, levantándose para alejarse junto a Lucas.
Lucas le pone un dedo acusador en el pecho. ―Claro que sí. Estabas preocupado cuando pensaste que realmente iban a meter a Renjun preso ―le recuerda, sonriendo.
Jaemin se encoge de hombros. ―Claro que me preocupé, pero no por eso me gusta. Digo ―le da un vistazo a Renjun, que se está limpiando bien la cara―, sí me gusta, lo adoro, pero no así ―añade, frunciendo su entrecejo en confusión.
ESTÁS LEYENDO
Pacificador [EN PAUSA]
Fiksi Penggemar«―Te compré para mis hijos ―anuncia el hombre―. Siempre arman un escándalo cuando buscan divertirse ―su inmaculado y atractivo rostro se arruga en una mueca de disgusto―, y ya me cansé de estar limpiando su desorden. Tú ―exclama, mirando a Renjun a...