《Two in the world》

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__Capítulo__
1
"Destino insierto"

El destino a veces puede ser insierto, pues a veces es muy complicado.
Muchos dicen que nosotros hacemos nuestro propio destino, que nosotros podemos escribirla sin problema, pero lamentablemente no es una tarea fácil y muchas personas no pueden controlar lo que sucede.

Ese es el caso de dos erizos. Que su destino volvió a ser complicado.

La tierra. Es un lugar realmente maravilloso, es el hogar de miles de seres vivos; tanto como de plantas, personas y animales, por su naturaleza que está siempre nos brinda buena salud y un mejor ecosistema, los días son tan soleados o a veces nublados, que es sorprendente como cambian en cada momento.

Las estaciones son un regalo más que nos da la madre naturaleza. Es increíble saber que algo cambia tanto, pero a la vez sigue igual.

Para nosotros son cosas sencillas, cosas nada especiales, pero para dos erizos que siempre desearon vivir en este explendido planeta. Es como ver un enorme tesoro lleno de joyas. Pero... ¿Qué paso con esos dos erizos, después de su llegada inesperada al planeta? No te preocupes querido lector... te lo diré ahora mismo:

Era un día obscuro, la luna alumbraba aquella noche estrellada, en la que casi el planeta explotaba. Pero gracias a dos rayos de esperanza fueron salvados todos los seres vivos de ahi.

Lamentablemente, nuestros salvadores no lograron festejar con nosotros.
Pues estos caían hacia la tierra, se sentían tan débiles, tan cansados por salvarnos, que ahora sus vidas estaban en riesgo. Sobre todo la vida de un erizo azulado que no era tan resistente como su compañero azabache. Pues fue creado con las sobras de este...

Por esa razón el azabache abrazaba con gran fuerza al pequeño erizo azulado, pues el quería recibir todo el daño por el, por que su misión era protegerlo cueste lo que cueste. Lamentablemente la fuerza de la gravedad y de la caída era mucho más fuertes. Pues cuando estaban apunto de caer en el suelo, el azabache no tuvo más fuerza y lamentablemente fueron separados al caer en la tierra. Callendo bastante lejos del uno del otro.

Como si el destino aún no quisiera que estuvieran juntos....

Lamentablemente un erizo azulado al recibir el impacto solto un quejido de dolor, no dejaba de sangrar. Tenía grandes heridas que provocó aquella horrible caída, provocando que sangrara demaciado. Su cabeza y su rostro estaba presente aquel liquido rojo, mientras que sus brazos y piernas estaban totalmente rotos.

Estaba algo consciente pues tenía los ojos medio abiertos, no dejaba de jadear realmente adolorido por sus heridas. La adrenalina había pasado así que solamente podía sentir el horrible dolor que recorria cada centímetro de su cuerpo.

Miro aquel cielo, observando aquella hermosa luna que no dejaba de brillar. En su gran explendor. Cerró poco a poco sus ojos mientras que lágrimas no dejaban de salir pues creia que ese sería su fin. -Sha..Shadow..- Susurró por ultima vez el azulado mientras que quedaba completamente inconciente. Si nadie lo encontraba podría morir por sus graves heridas.