[Segunda temporada de Two against the world]
Dos almas destinados a siempre estar juntos, pero a la vez, destinados a siempre separarse cuando están a punto de confesarce...
Almas tan distintas, pero creadas en el mismo lugar. Almas que se complemen...
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__Capítulo__ 7 "El plan de Mails"
En el pasado dos erizos, estaban en la Colonia espacial Ark, cuando las dos almas apenas se estaban conociendo. Se encontraban en un pequeño cuarto que compartían dos erizos, ya era la hora de dormir en ese momento, en una cama se encontraba un erizo de púas azuladas y de hermosos ojos verdosos, en sus piernas se encontraba una pequeña niña rubia totalmente dormida, estaba acurrucada en el pecho del pequeño erizo. Pues este la abrazaba con delicadeza para calmar los dolores de la enfermedad de esta.
La sanaba con su aura mientras que una leve sonrisa se pintaba en la boca del azulado, acariciaba sus lindos cabellos rubios. El pequeño erizo levanto su mirada, al sentirse observado por su compañero de cuarto.
Un erizo moreno lo miraba con atención, algo serio y con el ceño ligeramente fruncido, le parecia algo tierna aquella ecena por alguna extraña razon, la sentia demaciada calida. El azulado sonrió ladino y extendió su mano hacia este , el azabache confundido miro la mano del pequeño alzando su ceja ligeramente pues no habia entendido el mensaje.
-Ven- dijo amablemente -Te are sentir mucho mejor-
-Estoy bien... descuida-
El azulado borro su sonrisa y alzo una ceja, sin creerle -Estas estresado, ven...-
El moreno gruño y le dio la espalda
-Ooh... claro, la vida definitiva es demaciado orgullosa como para acercarse a su copia barata. Entiendo...- Después de eso el azulado se recosto en su cama aun abrazando a la pequeña niña rubia. El azabache solamente suspiro pesado pues aún no se acostumbraba al nuevo integrante del equipo.
Pasaron las horas y el moreno solamente gruño al escuchar algunos ronquidos muy ruidosos, no podia dormir por aquello asi que miro al azulado de reojo, mirando aquella tierna ecena. De dos dormilones abrazándose con una ligera sonrisa.
El moreno se levanto y se acercó a ellos, tomó una manta, para después cobijarlos con delicadeza, se le quedó observando al pequeño erizo y con delicadeza cerró su boca con cuidado, asegurandose que no siguiera con sus ronquidos ruidosos. Se le quedó tanto tiempo observandole que lentamente podía sentir como el aura de este lo hacía sentir tranquilo y calmado, algo que odiaba pero a la vez amaba de el.
Sin darse cuenta se había acostado a lado del azulado, abrazándolo levemente rodeándolo con sus manos con suavidad.
-Asi que... la vida definitiva cae rendido ante su "faker"-
La voz del azulado sobresalto al azabache y lo miro con el ceño fruncido, realmente avergonzado, estuvo apunto de soltarlo para darle un buen golpe, pero la sonrisa dulce del pequeño erizo lo dejo congelado.
