Capítulo 9. Familia

112 14 0
                                    

La privacidad siempre fue un bien preciado en Hogwarts. No importa dónde camines, las horas del día o la aparente tranquilidad, siempre puedes ser sorprendido entre las paredes del colegio por cualquier ente, ya sea profesor o estudiante. En esta ocasión, los indiscretos cuadros cuchicheaban entre sí.

Todos hemos experimentado situaciones en las que la intimidad es crucial, algo que los dos integrantes del trío de oro de Gryffindor "disfrutaban".

Con paso firme, Theodore arrugó la nariz y se dirigió a las escaleras que llevaban a la casa de los leones. Los recientes sucesos lo sumieron en una irrazonable rabia. Sentirse inferior a la familia de muggles o Potter envenenaba su mente.

-No tienes en cuenta quién eres, Harry -la voz de su hermana detuvo su andar.

Levantó la vista; Potter estaba a pocos pasos, un escalón adelante. Su hermana contemplaba la figura del león que ocultaba su presencia.

-Soy un simple estudiante de sexto año, Hermione. Ambos sabemos que mis T.I.M.Os fueron un chiste comparados con los tuyos. Aún así, tengo que tener miedo, ¿por qué?

Sus furiosos ojos se clavaron en la espalda de Potter.

-Harry.

Tras el susurro, descubrió en los ojos de su hermana un extraño sentimiento que calmó su furia.

Hermione rodeó los hombros de Potter, forzándolo a descansar la cabeza en su pecho. En un sorprendido silencio, observó la escena, comprendiendo una grave realidad mientras los recuerdos envolvían su mente.

"¿Cómo?"

Esa fue la primera pregunta que formuló Theodore Nott ante todo lo acontecido. Los deseos de huir se vieron truncados por lo sucedido. El compromiso entre la familia de su mejor amigo y la suya se convirtió en lo que les mantendría con vida.

La oscura mansión le envolvía en dudas; su gemela se crió junto a unos muggles y era la causa de estar cada vez más atrapado en las garras de Voldemort.

"¿Qué esperaba Hermione de su persona?"

El riesgo de permitirla escapar fue una locura. Pensó en perpetuar el deseo de su madre, pero inútilmente se encontró con que la joven bruja daría la vida por él.

Sin conseguir respuestas a ninguna de sus preocupaciones, se vio forzado a hablar con su gemela. Había obviado la presencia de Morgana deliberadamente, entonces los llamaron.

Voldemort exigía una prueba de lealtad; ambos hermanos corrían peligro. Sin más opción, pidió a Heats que requería la presencia de su hermana.

La olvidada mansión se convirtió en su cárcel; un conjuro rastreador evitaba la escapatoria. Con las ideas revueltas, buscó en sí una forma de llevar a cabo la discusión a tratar.

-Heats me dijo que querías verme.

El ronco y débil susurro de Hermione sobresaltó a un sorprendido Nott, que asintió y carraspeó para serenarse.

-Primero quería agradecerte...

-No es necesario. Todavía no tengo claro por qué lo hice. Solo olvídalo.

-Salvaste mi vida. ¿Crees que eso se puede olvidar?

-Déjalo, no quiero tu gratitud.

-Pienso desilusionarte. Es lo mínimo que yo puedo ofrecerte.

-Ese es el problema. No quiero nada. Mataste a mi madre, Nott. Mi madre.

Nott arrugó su frente; estaba molesto. Era muy consciente de que Hermione fue criada por muggles, pero él era incapaz de considerarlos los padres de su gemela. Esa fue la razón por la que la ayudó a escapar; para Theodore, tenían los mismos padres, y el deseo de su madre sopesaba más que todo lo ocurrido.

Hermione NottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora