Capítulo 14. Bajo el Peso de Las Apariencias

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El desayuno transcurría en un silencio sepulcral. El gran comedor de Hogwarts, usualmente lleno de risas y murmullos, estaba envuelto en una atmósfera de tensión palpable. Las conversaciones habituales habían sido reemplazadas por miradas furtivas y susurros ahogados. Hermione, o Morgana como la llamaban ahora, se sentó a regañadientes en el asiento que le habían reservado junto a Draco Malfoy. Sentía el peso de las miradas curiosas y expectantes de los demás alumnos, cada gesto suyo y de Draco siendo cuidadosamente escrutado.

Enfrente de ellos, Blaise Zabini, al ver acercarse a Theodore Nott, no dudó en levantarse y cederle su sitio, dejándolo frente a su hermana. Pansy Parkinson rodó los ojos al observar cómo Zabini demandaba el sitio de quien estaba a su lado, claramente molesta por la interrupción en su comodidad habitual. El desayuno comenzó en un incómodo silencio, solo roto por el sonido de los cubiertos y el murmullo de las conversaciones lejanas.

Draco, con un gesto ensayado y calculado, preparó un plato de frutas para Morgana. La oferta de comida se convirtió en una danza de apariencias, una en la que ambos estaban obligados a participar. Hermione estuvo a punto de declinarlo, pero Theodore la miró con severidad, recordándole silenciosamente la importancia de mantener la fachada que el contrato mágico exigía.

-Nos están mirando. Somos una pareja, ¿recuerdas? -murmuró Draco, acercándose más a ella, su voz apenas un susurro que solo ella podía escuchar.

Hermione levantó la vista, encontrándose con los ojos grises de Draco, que la miraban con una mezcla de determinación y algo más, algo que la "Promesa" entre ellos hacía difícil de identificar. A su alrededor, los murmullos parecían crecer en intensidad, cada movimiento suyo siendo analizado con una minuciosidad que comenzaba a cansarla.

-Lo sé -respondió ella en un tono bajo, tomando una fresa del plato y llevándosela a la boca, intentando parecer natural mientras sentía que el peso de su situación la aplastaba.

Theodore, observando a su hermana y a Draco, no podía evitar sentir una oleada de desagrado. A pesar de su odio hacia Harry Potter, no estaba de acuerdo con la situación en la que se encontraba su hermana. Sin embargo, sabía que no podían permitirse ningún desliz; la "Promesa" era demasiado peligrosa y el precio de su incumplimiento, demasiado alto.

-¿Cómo dormiste, Hermione? -preguntó Zabini, tratando de suavizar el ambiente, aunque su tono llevaba una ligera carga de sarcasmo.

Hermione levantó la mirada hacia él, notando la tensión apenas contenida en sus palabras, y respondió con la misma firmeza calculada.

-Bien, gracias -respondió, su voz firme pero con un trasfondo de cansancio que no podía ocultar, reflejando las largas noches de insomnio que la "Promesa" había traído consigo.

Pansy, que hasta entonces había estado observando en silencio, decidió intervenir, su tono cargado de veneno disfrazado de cortesía.

-Es bueno ver que te estás adaptando, Morgana. La casa de Slytherin puede ser exigente, pero te acostumbrarás.

Hermione asintió, forzando una sonrisa que no alcanzó sus ojos. Sabía que cada palabra, cada gesto, era un acto cuidadosamente medido. No podía permitirse ningún error; cualquier fisura en su fachada podría tener consecuencias desastrosas.

Mientras tanto, en la mesa de Gryffindor, Harry observaba la escena con una mezcla de frustración y dolor. Sentado al lado de Ron, apenas tocaba su desayuno. Sus pensamientos estaban centrados en Hermione, en la imposibilidad de ayudarla en ese momento, y los celos que sentía al verla sentada junto a Draco lo consumían por dentro.

-No podemos simplemente sentarnos y hacer nada -murmuró Harry, más para sí mismo que para Ron, su voz cargada de una impotencia que lo desgarraba.

-Lo sé, Harry. Pero nos guste o no, tenemos que aceptar que ella no está sola, tiene a Theodore... Aunque encontraremos una manera de ayudarla, lo prometo -respondió Ron, su tono serio, compartiendo la misma preocupación, pero intentando mantener la calma por el bien de ambos.

Hermione NottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora