Capitulo 9: Una Confesión Inesperada

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Martha se adentró audazmente en el siniestro orfanato, desesperada por encontrar pistas sobre la verdad que ocultaba maria. El aire estaba cargado de tensión y cada paso que daba parecía conducirla más profundamente hacia un misterio insondable. Las sombras se retorcían a su alrededor y los susurros invisibles resonaban en sus oídos, llenándola de inquietud.

La misteriosa desaparición de Lucia había dejado a Martha con más preguntas que respuestas. ¿Dónde había ido? ¿Por qué había desaparecido? Y, lo más inquietante de todo, ¿por qué solo María parecía tener las respuestas?

Martha avanzaba cautelosamente por los oscuros pasillos y habitaciones abandonadas, mirando detrás de cada puerta entreabierta con una mezcla de expectación y temor. Cada giro le dejaba con la sensación creciente de que estaba siendo observada, de que algo siniestro acechaba en las sombras.

Finalmente, después de explorar incansablemente el orfanato, Martha se encontró frente a frente con María. Su expresión era sombría y sus ojos estaban llenos de secretos inconfesables. Sin decir una palabra, Martha supo que no sería fácil obtener las respuestas que tanto anhelaba.

"María", dijo Martha con voz tensa, "necesito saber la verdad. ¿Qué le sucedió realmente a Lucia?".

María vaciló antes de responder, sus labios temblando mientras luchaba con sus propias emociones. "Lucia...", comenzó, pero sus palabras fueron interrumpidas por un golpe repentino proveniente de una habitación cercana. Ambas mujeres giraron en dirección al sonido, sus corazones palpitando en sus gargantas.

La intriga y el suspenso llenaron el aire mientras Martha y María avanzaban hacia la habitación donde se originó el ruido. La puerta se abrió lentamente, revelando una oscuridad aún más profunda. Un miedo helado se apoderó de ellas, pero había llegado demasiado lejos como para retroceder ahora.

En la penumbra, distinguieron una figura misteriosa, apenas visible. Un fugaz destello de luz reveló los ojos inquietos de Lucia, llenos de terror. Pero antes de que pudieran llamarla, la figura desapareció en las sombras, dejándolas con más interrogantes sin respuesta.

El enigma se profundizaba. ¿Quién era esa figura misteriosa y por qué tenía a Lucia cautiva? ¿Cómo podían encontrarla y liberarla del oscuro destino que la aguardaba?

María y Martha sabían que debían seguir adelante, enfrentarse a los peligros desconocidos y desentrañar los enigmas ocultos en el orfanato. Aunque el miedo las envolvía como una manta, se aferraban a la esperanza de que, en algún momento, descubrirían la verdad y salvarían a Lucia de su terrible destino.

Con el corazón palpitante y los sentidos alerta, se adentraron en el corazón del misterio, preparadas para enfrentar cualquier horror o desafío que les esperara. Sabían que el camino sería arduo y que incluso podrían perderse en un laberinto de secretos sin resolver, pero aceptaron valientemente el desafío.

El suspenso era sofocante y el futuro parecía incierto, pero Martha y María seguían adelante, impulsadas por una fuerza interior que las conectaba con el destino de Lucia y la verdad que esperaba ser descubierta en las profundidades del orfanato, el terror se espesaba en el orfanato mientras Martha y María continuaban su búsqueda desesperada. Cada paso que daban era una lucha contra la oscuridad y la incertidumbre que las rodeaba. Martha, a pesar de su valentía, no podía ignorar la duda que la asaltaba en silencio. No le creía a María, no confiaba en sus palabras. ¿Hasta qué punto estaba involucrada en la desaparición de Lucia? El miedo a descubrir la verdad amenazaba con romper su precaria alianza.


María, por su parte, estaba consumida por el temor de fallarle a Lucia. Había prometido protegerla y, sin embargo, se encontraban perdidas en un laberinto de secretos y peligros. Cada sombra les recordaba que el tiempo se agotaba y que Lucia podría estar sufriendo algún destino terrible e inimaginable.

En su afán por encontrar respuestas, descubrieron un viejo diario escondido en una de las habitaciones abandonadas. Sus páginas gastadas y amarillentas revelaban oscuros secretos sobre la familia de Lucia. Martha y María quedaron estupefactas al descubrir que Lucia provenía de una estirpe de brujas con poderes sobrenaturales.

El diario detallaba rituales macabros y prácticas prohibidas que habían llevado a la maldición de la familia. Aquellos que nacían con el don de la brujería eran sacrificados en nombre de una antigua deidad siniestra. Lucia había sido elegida como la siguiente víctima, destinada a ser ofrecida como un tributo en un oscuro ritual que tendría lugar esa misma noche.

El horror se apoderó de Martha y María. Ahora entendían la razón detrás de la desaparición de Lucia y la urgencia de su búsqueda. Pero también sabían que estaban en peligro inminente. ¿Cómo podrían enfrentarse a una entidad ancestral y salvar a Lucia de su fatal destino?

En medio del caos y la confusión, una figura sombría emergió de las sombras. Era un hombre cubierto de cicatrices y vistiendo túnicas negras. Su presencia infundía terror en los corazones de Martha y María. Los ojos del hombre brillaban con una malevolencia inhumana mientras pronunciaba palabras ininteligibles en un idioma arcano.

La angustia se apoderó de las dos mujeres. El hombre era el líder de un culto ancestral, dedicado a mantener viva la oscura tradición de la familia de Lucia. Martha y María comprendieron que su única esperanza era encontrar el modo de derrotarlo y romper la maldición que había acosado a generaciones.

A medida que se sumergían más profundamente en el horror, las preguntas sin respuesta parecían multiplicarse. ¿Podrían realmente enfrentarse a la oscuridad que acechaba en el orfanato? ¿Qué papel jugaría Martha en toda esta pesadilla? ¿Podrían desentrañar los enigmas ocultos detrás de la desaparición de Lucia antes de que fuera demasiado tarde?

No había tiempo para reflexionar. El destino de Lucia pendía de un hilo y Martha y María sabían que solo tenían una oportunidad para hacer lo correcto, para romper el ciclo de horror que envolvía a la familia de Lucia. Armadas con coraje y determinación, se adentraron en la última y más oscura habitación del orfanato, preparadas para enfrentar al culto en una batalla que exigiría todo de ellas.

Y así, el suspenso y la angustia se entrelazaron mientras Martha y María se sumergían en un mundo de terror y misterio. ¿Podrían superar todos los obstáculos y salvar a Lucia? ¿O se perderían en las sombras, dejando tras de sí una historia sin resolver y un siniestro legado familiar que persistiría en la oscuridad? La respuesta yacía oculta en los rincones más profundos del orfanato, esperando ser revelada... si es que alguna vez llegaba a conocerse.

Las luces parpadeantes en el oscuro pasillo del orfanato creaban sombras inquietantes en las paredes desgastadas. Martha y María, con los corazones latiendo aceleradamente, avanzaron sigilosamente en busca de cualquier pista que las llevara a Lucia, la niña desaparecida.

Cada puerta cerrada despertaba su curiosidad y ansiedad. Habían buscado exhaustivamente en todas las habitaciones vacías, pero no había rastro de Lucia en ninguna de ellas. El miedo comenzó a apoderarse de sus pensamientos mientras continuaban su búsqueda infructuosa.

De repente, un ruido metálico resonó detrás de una puerta entreabierta. Sin dudarlo, se apresuraron hacia ella. Al abrir la puerta, sus ojos se encontraron con Don Antonio, el enigmático y siempre reservado dueño del orfanato.

El anciano hombre estaba sentado en una silla, rodeado de documentos y fotografías antiguas. Parecía absorto en sus pensamientos cuando las dos mujeres irrumpieron en la habitación. Su mirada se encontró con la de ellas y, por un breve instante, la culpa y la incredulidad se reflejaron en sus ojos.

—¿Dónde está Lucia? —exigió Martha, su voz temblorosa pero llena de determinación.

Don Antonio permaneció en silencio, evitando el contacto visual directo. Un escalofrío recorrió la espalda de ambas mujeres mientras el aire se cargaba de tensión.

—Lucia nunca existió —murmuró finalmente Don Antonio en un susurro apenas audible.

María se llevó una mano a la boca, incapaz de procesar lo que acababan de escuchar. Martha, con los ojos llenos de confusión y rabia, se acercó lentamente al anciano.

—¿Cómo te atreves a decir eso? ¡La hemos visto! ¡Ha vivido aquí todo este tiempo! ¿Qué es esto, alguna especie de juego cruel? —gritó Martha, su voz llena de desesperación y furia.

Don Antonio guardó silencio por un momento, como si luchara internamente contra algo desconocido. Finalmente, habló con calma y una tristeza profunda.

—No puedo revelar todo ahora, pero hay cosas que deben saber. su búsqueda es peligrosa, están adentrándose en un mundo que desconocen.

María y Martha intercambiaron miradas confundidas y asustadas. La respuesta de Don Antonio solo generaba más preguntas en sus mentes ya agotadas.

—No se preocupen, no estoy aquí para hacerles daño. Pero les imploro que detengan su búsqueda. Hay fuerzas más allá de nuestra comprensión trabajando en las sombras —advirtió Don Antonio con seriedad.

El temor invadió las miradas de las mujeres mientras el misterio se profundizaba en aquel lugar olvidado. La existencia misma de Lucia parecía desvanecerse, dejando solo la incertidumbre y un sentimiento de amenaza latente.

(Pero María y Don Alfonso se miraron disimuladamente, ambos sabían una parte de la verdad, ambos podían conectar sus fragmentos rotos)

Ante la negativa de Don Antonio a revelar más, Martha y María se vieron obligadas a tomar una decisión: seguir adelante y arriesgarse a descubrir la verdad oscura que se ocultaba en el orfanato, o abandonar su búsqueda y dejar atrás el pasado misterioso de Lucia.

Sin embargo, aunque el camino parecía cada vez más tenebroso y lleno de peligros, ambas sabían que no podían renunciar a encontrar respuestas. Se miraron entre sí, compartiendo una determinación inquebrantable a pesar del terror que les esperaba.

El misterio sin resolver, la incógnita de quién era Lucia y por qué había sido ocultada, las atormentaría día y noche.

Entre Dos Mundos: El Viaje De Una Niña Huérfana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora