Capitulo 14: La Verdad.

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De repente, en medio de la oscuridad, Lucía vislumbró una tenue luz brillante a lo lejos. Era débil, pero lo suficientemente poderosa como para atraerla. Sin pensarlo dos veces, se dirigió hacia ella, ignorando las voces que la susurraban y las sombras que intentaban detenerla.

A medida que se acercaba a la luz, la oscuridad comenzó a disiparse y las voces se volvieron cada vez más débiles. Finalmente, emergió de aquel limbo infernal y se encontró en un lugar desconocido pero acogedor.

Era un hermoso jardín lleno de flores de colores vibrantes y árboles frondosos. El aire estaba lleno de fragancias dulces y el sonido de los pájaros cantando llenaba el ambiente. Lucía se sintió invadida por una sensación de paz y alivio, como si finalmente hubiera encontrado su lugar seguro.

Mientras tanto, en el orfanato, María, Martha, Don Antonio y Carlos continuaban su búsqueda frenética. A medida que se adentraban más en la oscuridad, la presencia maligna se volvía más fuerte y amenazadora. Parecía que el lugar mismo estaba vivo, tratando de detenerlos a toda costa.

De repente, un destello de luz brilló en medio de la oscuridad. Era la misma luz que había guiado a Lucía en su búsqueda desesperada. María, Martha, Don Antonio y Carlos se apresuraron hacia ella, sintiendo una renovada esperanza en sus corazones.

Cuando alcanzaron la luz, se encontraron en el mismo jardín donde Lucía había emergido. La sorpresa y la alegría llenaron sus rostros mientras se abrazaban, aliviados de haber encontrado a su amiga perdida.

Pero la presencia maligna aún no había sido derrotada. Se manifestó en forma de una sombra gigantesca, envolviendo el jardín con su oscuridad asfixiante. Parecía imposible de vencer, pero María, Martha, Don Antonio y Carlos no se rendirían.

Unidos en su determinación, enfrentaron a la sombra con valentía. Utilizando la fuerza de su amistad y la verdad que habían descubierto juntos, lucharon contra el mal con todas sus fuerzas.

Lamentablemente, la presencia maligna resultó ser más poderosa de lo que Lucía, María, Martha, Don Antonio y Carlos podrían haber imaginado. A pesar de su valiente lucha, fueron superados por la oscuridad que los rodeaba.

La sombra gigantesca se abalanzó sobre ellos, envolviéndolos en su abrazo gélido. Uno por uno, fueron consumidos por la oscuridad, dejando solo un eco de sus gritos de angustia y desesperación.

El orfanato quedó sumido en el caos y la desolación. Los niños que alguna vez encontraron refugio y esperanza allí, ahora estaban atrapados en un lugar lleno de terror y desesperanza. La corrupción y el mal se apoderaron del lugar, sin nadie que los protegiera.

Lucía, María, Martha, Don Antonio y Carlos se convirtieron en espíritus atormentados, condenados a vagar por los pasillos oscuros del orfanato para siempre. Sus voces susurraban en la oscuridad, recordando a todos los que se atrevieran a entrar la tragedia que había ocurrido allí.

La historia de Lucía y su lucha contra el mal en el orfanato se convirtió en una leyenda macabra, transmitida de generación en generación. Los niños que llegaban al lugar escuchaban con temor y respeto sobre los espíritus vengativos que habitaban el orfanato, y se advertían unos a otros de no acercarse demasiado.

María se dio cuenta de que había estado viviendo en una fantasía creada por su propia imaginación. Se sintió culpable por haber inventado la historia de la desaparición de Lucía y por haber causado tanto dolor a su amiga.

Lucía, en su forma espiritual, perdonó a María y le recordó que la amistad que habían compartido era especial. Aunque lo que María había creado no era real, la conexión que habían tenido era genuina. María aprendió a enfrentar la realidad y a dejar ir a su amiga imaginaria, sabiendo que siempre la llevaría en su corazón.

Entre Dos Mundos: El Viaje De Una Niña Huérfana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora