Capitulo 10: Vigilados.

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La sala del orfanato en la que se encontraban se volvió ominosamente silenciosa. El pesado aire parecía cargado con una presencia malévola que hacía temblar a Martha, María y Don Antonio. Los latidos de sus corazones resonaban en sus oídos mientras todos se aferraban a su valentía para enfrentar lo desconocido.

De repente, las luces comenzaron a parpadear frenéticamente, sumiendo la sala en una oscuridad intermitente. Sombras deformadas danzaban por las paredes decrépitas, creando figuras grotescas que jugaban con los límites de la realidad.

Los murmullos siniestros llenaron la habitación, como susurros provenientes de un reino paranormal. Las alucinaciones de Lucia se materializaron delante de ellos, una imagen fantasmal de una niña de cabello oscuro y ojos vacíos. Parecía una marioneta manipulada por fuerzas invisibles, cuyos hilos oscuros amenazaban con devorar toda esperanza.

María y Martha, aterradas e incapaces de escapar, miraron fijamente a Lucia con una mezcla de pavor y fascinación. Su voz, desgarrada y llena de dolor, resonó en la sala como un eco procedente de los abismos más oscuros.

"Estoy obsesionada con estar viva", susurró Lucia, su voz cargada de desesperación y anhelo. "Quiero buscar a mis padres, quiero encontrar mi lugar en este mundo. He estado yendo y viniendo por muchos lugares, esperando que alguien me encuentre y me una con ellos, incluso si eso significa sacrificar vidas."

El horror invadió la mente de las tres personas presentes. La imagen de Lucia, tan vulnerable y sin respuesta, se entrelazaba con las sombras que inundaban la sala. La incertidumbre de su existencia y sus intentos desesperados de encontrar la verdad provocaron un terror indescriptible en lo más profundo de sus almas.

Don Antonio, con la mirada vacía y perdida, parecía contemplar un pasado tormentoso que había permanecido oculto durante tanto tiempo. Intentó decir algo, pero solo logró tartamudear en medio del caos sobrenatural.

Las puertas se cerraron de golpe, encerrando a los presentes en un laberinto de tinieblas. Ruidos misteriosos resonaron en cada rincón, como susurros amenazantes que advertían sobre terribles secretos por descubrir.

María, Martha y Don Antonio se aferraron desesperadamente a la esperanza mientras el terror los envolvía. Cada paso que daban les recordaba que estaban pisando un terreno prohibido, adentrándose en un mundo desconocido e insondable.

Mientras las visiones de Lucia se desvanecían y el miedo persistía, quedaba claro que el destino de todos estaba entrelazado en una red de misterio y horror. ¿Cuál era el propósito de Lucia? ¿Qué oscuros secretos acechaban en los rincones sombríos del orfanato? Y, lo más importante, ¿habría alguna posibilidad de sobrevivir a este aterrador laberinto de incertidumbre?

El tiempo se detuvo en la sala del orfanato mientras el misterio y el terror continuaban acechando, dejando en todos ellos una sensación de angustia y preguntas sin respuesta. El camino hacia la verdad estaba plagado de peligros mortales, pero la necesidad de descubrir la realidad detrás de Lucia era irresistible.

Enfrentarían su destino, sin importar las consecuencias, dispuestos a arriesgarlo todo en busca de respuestas. Pero, a medida que avanzaban hacia el abismo del misterio, el miedo y el escalofrío se intensificaban, recordándoles que el precio por la verdad podría ser más alto de lo que jamás habían imaginado.


De repente, una puerta antigua y desgastada se abrió frente a ellos de manera abrupta, revelando una habitación empapada en penumbra. A medida que entraron, sintieron una presencia invisible, una fuerza maligna que parecía devorar la luz y alimentarse del terror.


La tenue luz de una vela parpadeante iluminaba un escritorio polvoriento, donde reposaba un viejo diario amarillento. María, Martha y Don Antonio intercambiaron miradas llenas de incertidumbre, conscientes de que el diario contenía respuestas cruciales.

El diario estaba escrito con una caligrafía temblorosa y grotesca, como si las palabras hubieran sido trazadas por manos temblorosas y enloquecidas. A medida que lo hojeaban, los relatos se volvían cada vez más perturbadores. Historias de niños desapareciendo misteriosamente, sufrimientos inimaginables y rituales macabros llenaban sus mentes con horror.

María, con voz temblorosa, comenzó a leer en voz alta una entrada que parecía tener una conexión directa con Lucia: "Los padres de Lucia, cautivos de una oscura secta, fueron llevados a un lugar desconocido para realizar un ritual diabólico. Lucia, joven e inocente, quedó atrás, con su memoria borrada y su destino entrelazado con el oscuro propósito de la secta".

El corazón de Lucia empezó a latir con fuerza mientras lágrimas de terror brotaban de sus ojos. La joven se aferraba a la pequeña esperanza de reunirse con su familia, pero ahora se enfrentaba a un mal inmenso que parecía haberla perseguido desde el principio.

Un escalofrío recorrió la espalda de Martha cuando, de repente, una figura sombría emergió de las sombras. Un hombre encapuchado, portando un cuchillo oxidado y una sonrisa macabra, apareció ante ellos. Era el líder de la secta, sediento de poder y dispuesto a hacer cualquier cosa para mantener sus oscuros secretos ocultos.

El aire se volvió pesado, impregnado de miedo paralizante. La única salida del orfanato había desaparecido, dejándolos atrapados en este reino de pesadilla. Con cada segundo que pasaba, el peligro se acrecentaba y el tiempo se agotaba rápidamente.

María y Martha compartieron una mirada determinada, sabiendo que debían proteger a Lucia a toda costa. Juntas, idearon un plan audaz para enfrentarse al líder de la secta y liberar a Lucia de su influencia malévola. Pero el precio del éxito era alto, y la posibilidad de perder sus vidas se convertía en una realidad ineludible.

Con valentía, se armaron de coraje y se abalanzaron sobre el líder de la secta, luchando con todas sus fuerzas contra las fuerzas oscuras que los rodeaban. En medio del caos y la confusión, Don Antonio logró encontrar una salida secreta, guiándolos hacia un pasaje subterráneo olvidado, lejos de las garras del mal.

El escape fue apresurado y frenético, sin embargo, lograron salir del orfanato, dejando atrás el terror y el sufrimiento que les habían acompañado. Aunque estaban exhaustos y heridos, sabían que su misión no había terminado.

Ahora, el camino hacia la verdad estaba más claro que nunca. Determinados a desenmascarar a la secta y rescatar a los padres de Lucia, se embarcaron en un viaje lleno de peligros y revelaciones escalofriantes.

Mientras avanzaban, la oscuridad amenazaba con engullirlos, pero su determinación era más fuerte.

al abrir la puerta, una figura aterradora, estaba en lo profundo de la habitación oscura, no había ni una sola luz, el silencio era perturbador, los 3 se armaron de valor y empezaron a acercarse a aquella silueta que parecía ser un hombre.

Carlos, con los ojos desorbitados y temblorosos, dejó caer el libro que sostenía al ver a María, Martha y Don Antonio frente a él. Sus manos temblaban involuntariamente mientras intentaba recuperar la compostura. La mirada de incredulidad de los demás se reflejaba en sus rostros, esperando una explicación.

- Carlos, ¿qué estás haciendo aquí y qué sabes sobre Lucía? -preguntó María con un tono de voz lleno de ansiedad y angustia.

Carlos se limpió el sudor de la frente y tragó saliva antes de hablar. Su voz temblorosa resonó en el silencio opresivo del lugar.

- He estado investigando sobre Lucía... y he descubierto algo perturbador. Parece que Lucía ha estado jugando con nosotros todo este tiempo. Ella es mucho más astuta de lo que imaginábamos.

El grupo se miró entre sí, desconcertados y alarmados por las palabras de Carlos. El terror comenzó a apoderarse de ellos, sintiendo cómo sus corazones latían aceleradamente.

- Carlos, necesitamos más información. ¿Qué quieres decir con que Lucía está jugando con nosotros? -inquirió Martha, intentando mantener la calma pero con una inquietud creciente en su voz.

Carlos tomó una respiración profunda, tratando de controlar sus nervios antes de continuar.

- Encontré este libro en la biblioteca del orfanato. Habla sobre leyendas antiguas y oscuros poderes. Lucía ha estado manipulando a todos nosotros para lograr sus propios fines, utilizando su aparente inocencia y fragilidad como una fachada para ocultar su verdadera naturaleza.

La habitación quedó sumida en un silencio denso y cargado de tensión. Los pensamientos se agolparon en las mentes de María, Martha y Don Antonio, buscando respuestas y tratando de comprender la verdad detrás de las palabras de Carlos.

- Pero... ¿por qué haría eso Lucía? ¿Cuál es su objetivo final? -preguntó Don Antonio, su voz llenándose de inquietud.

Carlos miró directamente a los ojos de cada uno de ellos, transmitiendo miedo y sospecha.

- No lo sé con certeza, pero parece que Lucía está conectada con esa oscura secta que hemos estado investigando, y ha estado jugando un juego macabro con todos nosotros. Estamos en un punto sin retorno, demasiado involucrados en esta investigación para dar marcha atrás.

El miedo y el suspenso se apoderaron del grupo, sintiéndose atrapados en una telaraña de engaños y secretos. La sensación de que algo terrible estaba a punto de desatarse se aferraba a cada uno de ellos, envolviéndolos en un abrazo gélido y sombrío.

- Tenemos que seguir adelante, no podemos permitir que Lucía nos controle. Debemos enfrentarla y descubrir toda la verdad, por peligrosa que sea -dijo Martha con determinación, aunque su voz temblaba ligeramente.

El grupo asintió en silencio, sabiendo que se adentraban en un territorio aún más oscuro y peligroso. Pero su valentía y la esperanza de desvelar los secretos ocultos se alzaban por encima del terror y el miedo que les embargaba.



Entre Dos Mundos: El Viaje De Una Niña Huérfana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora