Capítulo 6

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Se sienta en la cama del cuarto de visitas, ha estado durmiendo ahí desde que Jungkook se molestó la última vez que durmieron juntos, esa cama no le gusta, él necesita su colchón ortopédico para poder descansar bien

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Se sienta en la cama del cuarto de visitas, ha estado durmiendo ahí desde que Jungkook se molestó la última vez que durmieron juntos, esa cama no le gusta, él necesita su colchón ortopédico para poder descansar bien.

Pero eso es lo de menos, se siente frustrado y tal vez por eso es que está con los codos apoyados en sus rodillas y los dedos de sus manos enterrados en su cabellera castaña, a la vez que sus ojos derraman lágrimas silenciosas.

Se siente como un tonto al llorar, no sabe si lo hace de dolor o de frustración, pero el nudo que tiene atorado en la garganta le obliga a soltar eso que le duele.

Sabe que Jungkook no le pedirá disculpas, quizás el menor siente que no tiene por qué disculparse y tal vez tenga razón, pero por ahora el alfa no lo ve de esa forma.

—Vamos, Taehyung, tienes cuarenta y dos años…—se reprende a sí mismo en señal de regaño y con rudeza se limpia las lágrimas con el antebrazo.

Es viejo, sí; ama a Jungkook, es verdad, lo acepta; pero eso no significa que tiene que quedarse ahí y aguantar ofensas hacia su persona, cuando él no ha hecho más que intentar salvar los despojos de una relación resquebrajada.

Ha llegado a su límite, no va a seguir fingiendo que no le hieren las actitudes del menor, no va continuar tragándose la molestia, ya lo ha hecho suficiente tiempo.

Con ese pensamiento en su mente se levanta con decisión de la cama donde estaba sentado y busca una valija en donde comienza a empacar la ropa que tiene a la mano, la mayoría de su ropa está en la habitación de Jungkook, pero no tiene planeado entrar ahí.

Porque sabe que en cuanto entre a esa habitación, que ahora es un nido de gestación, en su máximo esplendor, su corazón se dejará ablandar por los recuerdos que han compartido en esa cama.

Así que con la determinación del momento empaca todo, se irá. No sabe a dónde va, pero no le importa, solo quiere salir de ese lugar, se siente tan avergonzado y tan humillado que el siquiera pensar en quedarse le resulta inconcebible.

Así que sale de la habitación y se da cuenta de que Jungkook está ahí, junto a la puerta, con el rostro preocupado, se ve tan pequeño e indefenso; no obstante, el alfa sabe que solo es una apariencia.

Porque Jungkook es un arma de doble filo que te puede llegar a penetrar y permutar hasta lo más recóndito de tu existencia.

—Tae Tae —Le llama el omega, cuando lo ve salir de la habitación de invitados, con un puchero en sus labios, los ojos vidriosos y grandes. Es demasiado omega incluso en sus expresiones.

El alfa no se deja convencer por el hecho de que le está llamando como cuando estaban casados. Lo ignora por completo y camina directo a la puerta, camina con firmeza, casi aguantando la respiración, no quiere olfatear el aroma del omega que cargó de su cachorro, no quiere olerlo; pues sabe que se quedará si lo hace.

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