Después de un corto y fugaz matrimonio Taehyung decide ponerle fin a su relación conyugal. Sin embargo, Jungkook le dará una inesperada noticia que redireccionará tanto sus emociones como sus decisiones.
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—¿Te gusta mucho venir a esta biblioteca? —pregunta el alfa en un tono profundo, pero a la vez coqueto.
El omega frente a él le mira con los ojos llenos de atrevimiento, pasión y deseo. —Solo vengo porque usted también lo hace, doctor Kim —Jungkook le responde de manera sigilosa.
Han pasado dos semanas desde que cruzaron miradas y una que otra palabra, pues siendo una biblioteca no es como que puedan entablar una conversación fructífera.
A pesar de eso, ambos se sienten enormemente atraídos por la presencia nueva y poco usual.
Kim Taehyung jamás se imaginó que hace dos sábados conocería a ese lindo y petulante omega en la biblioteca local. Mucho menos se le ocurrió que quedaría flechado por el menor desde el primer instante en que sus miradas se cruzaron en el camino.
Es joven, lo sabe, no aparenta más de veinte años y quizás no debería estar fijándose en un chico que le resta el doble de su edad, pero no es ciego y se percata de las insinuaciones persistentes del azabache.
El alfa sonríe ante el comentario del más bajo y el hecho de que hablan entre susurros hace de aquello algo emocionante.
—¿Te han dicho que tienes unos ojos preciosos? —se apresura a elogiar buscando sacar una sonrisa en el azabache.
—Me lo dicen muy seguido —admite con altanería, aunque evidentemente se sonroja— Pero disfruto más que usted me lo diga.
El castaño carraspea contento y no puede evitar sentir su corazón palpitar con fuerza. —Tus labios también se ven… apetecibles, si me permites decírtelo.
—¿Ah sí? Bueno, quizás debería comprobar si saben tan bien como lucen —sugiere atrapando su labio inferior entre sus dientes de manera intencional en un gesto sugestivo que hace acalorar al mayor.
—¡Shh! —exclama la persona que está sentada leyendo en la mesa de al lado y ambos ríen silenciosamente.
Taehyung observa el reloj y se da cuenta de que ya pasan de las tres de la tarde, necesita irse si quiere dormir un poco antes de atender el turno nocturno en el hospital.
Sin embargo, la mirada llena de deseo que le está regalando el menor le hace considerar romper su rutina establecida.
Dos semanas de miradas, roces y sonrisas entre ambos ya han sido más que suficientes y teme que el omega frente a él termine por aburrirse si no se apresura a dar el próximo paso.
—Me voy a atrever a lanzar la primera carta, ¿te gustaría acompañarme a beber una copa de vino? —cuestiona de pronto.
El menor se pone de pie, camina y se posa detrás del asiento de Taehyung para poner las manos en sus hombros y acercar su cuerpo hasta susurrar en la oreja del alfa lo que ha estado pensando.
—Pensé que nunca me invitaría —dice en un tono seductor que logra estremecer cada vello del cuerpo del mayor.
Este se levanta rápido y ambos salen de la biblioteca camino al auto de Taehyung. El omega nota que el auto no es igual de lujoso que el de los chicos que comúnmente intentan cortejarlo.
