P A R A D I S E (Aidan y T/N)

Volver a conquistarla.

Aidan Gallagher.

En cuanto la llamada terminó, supe que algo le ocurría por más que ella intentara ocultarlo. Estuvimos lejos uno del otro por cinco años, pero puedo reconocer cuando me miente y oculta las cosas.

—¿Está todo bien, Aidan? —pregunta Madd, a través de la pantalla de la laptop.

Dejo el celular por un lado y observo la imagen de la chica rubia plasmada en la pantalla, decidimos tener una pequeña video llamada para estar al tanto de nuestros asuntos. Ella me cuenta sobre la situación en Los Ángeles y yo le cuento sobre cómo me va en mi estadía por Nueva York.

—Quisiera poder decir que sí, pero estoy seguro de que estaría mintiendo —digo, recordando el tono apagado en la voz de T/N —. Creo que hay algo que atormenta a T/N.

—¿Algo cómo qué? —pregunta ella y yo solo me encojo de hombros —. Espero que no la estés agobiando, Gallagher.

Me advierte y hago un gesto de indignación, haciéndola reír.

—Nunca llegaría al grado de agobiarla, Madd —le aseguro —. Solamente sigo interesado y me preocupa cuando sé que está mal.

—Lo sé, pero debes entender que ya no son dos adolescentes —me recuerda —. En el pasado corrías hacia ella cuando estaba mal, pero ahora es una adulta y a veces necesitamos estar solos cuando nos sentimos mal.

Suspiro, sé que Madd tiene razón, aunque deseé ir hacia T/N para asegurarme de que esté bien, puede ser que ella necesite su espacio por ahora y yo debo respetar eso.

—Tienes razón —digo entre dientes, Madd ama tener la razón.

—¿Cuándo no la he tenido?

—Te encanta alardear, ¿no es así?

—Algunas veces, cuando tengo la razón y eso la mayoría de las veces.

Ambos reímos.

—¿Cómo va todo con tus padres? —preguntó y ella hace una mueca —. Ese gesto me indica que nada bien.

—Mamá me ha llamado algunas veces, me pide que vuelva a casa y solucionemos esto. Papá es quien me dice que no lo haga a menos que decida retomar nuestra relación —su gesto se torna triste —. No pienso volver, no quiero ser su títere.

—Haces bien en negarte, puedes quedarte en mi casa el tiempo que desees.

Ella me da una sonrisa de agradecimiento.

—Te lo agradezco, pero esta semana comenzaré a buscar algún departamento para mí —me informa —. Quiero independizarme y tener mi propio espacio, por años lo estuve pensando y creo que ha llegado el momento justo.

—Eres una reconocida modelo, seguramente vas a encontrar algo de tu agrado.

—Espero que así sea, no me importa si es algo lujoso u normal, solo quiero un espacio en el cual pueda sentir que es mi hogar y que ahí estoy segura.

Asiento ante sus palabras, seguimos hablando por un buen rato hasta que los dos nos despedimos. Me encuentro solo en el pent-house ya que los chicos salieron, al parecer han logrado conectar demasiado bien con las amigas de T/N.

El recuerdo de ella llega a mi mente y como si no pudiera dejar pasar nada relacionado con esa chica, siento una pequeña preocupación al recordar el tono apagado de su voz, porque aunque haya intentando disimularlo, no es tan buena haciéndolo. Miro mi celular que se encuentra sobre la encimera de la cocina, tengo tantas ganas de llamarla y preguntarle si se encuentra bien, pero me las aguanto porque ya Madd me dijo que no tengo que agobiarla y debo darle su espacio.