cap 1

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En medio de una habitación decorada con tonos pastel y juguetes esparcidos, yace un bebé. Sin embargo, las pequeñas manitas que se agitan y los ojos curiosos que observan no pertenecen a un infante ordinario. En realidad, soy yo, o más bien, solía ser yo. Mi nombre es Martin, o al menos eso era hace poco.

Hace no mucho tiempo, caminaba por los pasillos universitarios con una ambición desenfrenada y una sed insaciable por el conocimiento. Mis sueños yacen ahora en un remolino de recuerdos, en un pasado que parece tan distante como las estrellas en el firmamento. Me encontraba a punto de graduarme, con un futuro prometedor, hasta que la realidad golpeó mi puerta.

La falta de fondos para la colegiatura se interpuso entre mi éxito y yo. En medio de mi desesperación, en un acto de desafío ante el destino, encontré un anuncio peculiar: un concurso que prometía resolver todos mis problemas económicos. La única condición era la participación en un juego de preguntas y respuestas, en un lugar misterioso y de acceso limitado.

Me sumergí en este mundo desconocido, desafiando lo que creía saber sobre límites y posibilidades. La atmósfera en ese lugar era extraña, un aire denso de anticipación y misterio rodeaba a los concursantes. A pesar de mis dudas iniciales, avancé a través de las rondas con una confianza casi arrogante en mi propia inteligencia.

Sin embargo, la ronda final reveló una pregunta que trascendía cualquier conocimiento que había adquirido. Una cuestión que desafiaba los cimientos de la lógica y la razón. Una pregunta que se convirtió en mi perdición.

Recuerdo mi intento, mi mente luchando por encontrar una respuesta, pero cada pensamiento era un callejón sin salida. En el momento en que mi voz pronunció una respuesta incierta, una fuerza invisible pareció tomar control sobre mi cuerpo, y todo se desvaneció en un remolino de luces deslumbrantes y una sensación de regresión.

Ahora estoy aquí, en este cuerpo diminuto y frágil, intentando comprender cómo mi desesperación por un futuro prometedor me ha llevado a este presente surrealista.

El llanto infantil que escapa de mis labios no refleja el dolor físico, sino la confusión abrumadora y el miedo que albergo dentro de mí. Soy un universitario atrapado en el cuerpo de un bebé, navegando en un océano de incertidumbre.

concurso de regressionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora