capítulo 2

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El viento frío de otoño traía consigo una sensación de inminente cambio. Martin, con su mirada fija en el horizonte, recorría los senderos del campus universitario. Su mente estaba repleta de preocupaciones, sobre todo por su propia situación financiera. Estaba al límite, luchando por pagar la cuota de la colegiatura antes de que la fecha límite sellara su destino académico.

—No puedo creer que estén siendo tan inflexibles con las fechas límite. Es como si no comprendieran las dificultades que enfrentamos algunos —murmuró Martin consigo mismo, mientras paseaba con gesto preocupado.

Martin se tambaleaba entre los trabajos a medio tiempo y las responsabilidades académicas, pero incluso sus esfuerzos combinados no alcanzaban para cubrir la cuota completa.

—¿Has intentado pedir prestado en algún lugar? —preguntó su amigo Alex, notando la preocupación en la mirada de Martin.

Martin asintió con una expresión preocupada. —Lo he intentado, pero no hay nadie dispuesto a prestar esa cantidad en tan poco tiempo. No sé qué más hacer, Alex.

En ese momento, mientras caminaban por los pasillos de su residencia estudiantil, una hoja de papel se deslizó entre las ramas de un arbusto cercano y aterrizó a sus pies. Martin se agachó rápidamente para recogerla, mientras una corazonada inexplicable se apoderaba de él.

—¿Qué es eso? —preguntó Alex, curioso por la hoja arrugada que Martin sostenía ahora entre sus manos.

Martin examinó el papel, notando que estaba escrito a mano y parecía tener cierta antigüedad. Los detalles eran borrosos, como si hubiera sido manipulado durante mucho tiempo, pero algo en él lo intrigaba profundamente. Una mezcla de miedo y curiosidad se reflejaba en sus ojos mientras miraba fijamente la hoja.

—No lo sé. Parece ser una especie de anuncio o mensaje... ¿o tal vez una oportunidad? —dijo Martin, con una mezcla de asombro y cautela en su voz.

El contenido de la hoja resonaba en su mente como un eco distante de posibilidades que apenas podía vislumbrar. Las palabras en ella parecían llevar consigo un peso incalculable, como si contuvieran el secreto para resolver todos sus problemas.

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