Capítulo 8

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Solo que el mundo no podía esperar por siempre. Después de un par de horas tuvimos que afrontar el día que nos esperaba. Al principio Minjeong se veía radiante y feliz. Desayunamos juntas en la cocina. No había rastros de mi padre, pero decidí no pensar en ello. Tomamos una ducha y le presté algo de ropa para que pudiéramos ir a nuestra cita con Conrad; sin embargo, con el paso del tiempo empecé a notar un nerviosismo creciente en ella. La observé revisar el interior de mi armario con movimientos cada vez más inseguros, la alegría que había observado en ella apenas minutos antes se iba difuminando rápidamente.

- ¿Qué te parece si yo elijo un atuendo para ti y tú uno para mí? Será nuestra primera actividad en conjunto como recién casadas ¿te gusta la idea?

-Jimin, ya tuvimos nuestra primera actividad como recién casadas ¿recuerdas? Acabamos de preparar el desayuno, para mi sorpresa ayudaste más de lo que esperaba.

- ¿Se supone que eso es un cumplido, puppy?

-Lo es.

La radiante sonrisa que iluminó su rostro en ese momento provocó que no me pudiera contener y me acercara a plantarle un cálido beso en los labios que fue correspondido de inmediato. Cuando me alejé, un ligero sonrojo cubría su rostro.

-Eres pésima dando cumplidos ¿lo sabías?

-Sui me lo ha dicho en un par de ocasiones.

-Por una vez dijo algo que era cierto – bromeé mientras sostenía su mano cariñosamente- pero no me has contestado aún puppy ¿aceptas o te acobardas?

-Nunca renunció a un reto, Jimin.

-Eso pensé. Elije tu primero, después será mi turno.

Salí de la habitación y me senté en el pasillo, Minjeong cerró la puerta, pero podía escuchar sus risitas desde donde me encontraba. Al poco tiempo salió escondiendo algo entre la holgada ropa que le servía de pijama.

-Tu turno. – Me dijo señalando al interior de la habitación. Sonreí mientras entraba y cerraba la puerta tras de mí. Sabía perfectamente lo que iba a elegir, así que ella no tuvo que esperar mucho.

-Todo listo, puppy. Puedes entrar.

Ella ingresó con pasos rápidos.

-Muy bien, a la cuenta de tres mostramos el conjunto... uno... dos...tres.

Ambas sonreímos cuando nos encontramos con la ropa elegida. Fue obvio que habíamos seguido prácticamente los mismos criterios de selección. Para ella, yo había elegido una blusa blanca con un saco azul cielo que tenía un moño en la parte de la espalda, vaqueros color blanco y unos botines color café a juego con el cinturón. Para mí, ella había elegido una playera blanca y un saco color azul marino con terminados en blanco y botones dorados. Unos vaqueros del mismo tono de azul y unos botines color café.

-Añade este sombrero, se verá bien en ti. – intento pararse de puntillas para colocarlo en mi cabeza, por lo que me agaché un poco para facilitarle la acción.

-Eso no era necesario ¿Sabes? Soy solo algunos centímetros más baja que tú, podía hacerlo sin ayuda. – replicó entre pucheros.

-Lo que digas, puppy, lo que digas...por cierto ¿por qué elegiste este atuendo?

-Eso es sencillo, jagiya, porque es tu color favorito. ¿por qué elegiste tú uno azul cielo?

-Porque es mi color favorito en tu tono favorito.

-Somos perfectas la una para la otra, ¿cierto? – Me dijo mientras me rodeaba con sus delgados brazos.

-Me parece que así es- Contesté, correspondiendo el gesto.

Love you the mostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora