Capítulo 7

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Mis amigos estaban ahí, riendo como si no tuviéramos mil preocupaciones cerniéndose sobre nosotros. Minjeong sostenía en sus manos la guitarra de Sui y este parecía estar enseñándole algunos acordes. Aeri y Ning contemplaban los cuadros del estudio, lanzándose miradas cómplices de aprobación.

Me senté afuera, a la distancia, observando a aquellas personas que amaba ser felices. Intentando encontrar las palabras adecuadas para explicarles que, efectivamente, nuestras vidas cambiarían para siempre desde esa noche o, quizá, tal vez ya lo habían hecho... desde mucho antes.

Sabiendo que no podía retrasar más el encuentro o empezarían a preocuparse, caminé lentamente a la entrada. Apenas me acercaba a la puerta principal cuando Minjeong se percató de mi presencia, le devolvió la guitarra a su hermano y salió a mi encuentro abalanzándose sobre mí con un abrazo tan fuerte que ambas terminamos perdiendo el equilibrio.

-Te extrañe- Me dijo entre sonrisas y besos depositados en mis mejillas.

-Y luego no quieres que te digan puppy. – bromeó Ning mientras se acercaba a nosotros de la mano de Aeri. Ella me miró y pronto su sonrisa se desvaneció, con un suspiro separó su mirada de la mía dirigiéndola al despejado cielo nocturno.

- ¿Qué les parece si damos un paseo mientras Jimin nos cuenta las malas nuevas? Hoy parece una linda noche para caminar. -Sugirió sin separar la vista de las estrellas que se alcanzaban a divisar aquella noche.

Ning la miró confundida.

-El anillo- Se limitó a decir señalando mi dedo anular. Minjeong, al notarlo se alejó lentamente de mí. La mirada que me dedicó en ese momento me partió el corazón.

-Parece que tomaste una decisión- Dijo Sui colocando suavemente su mano en el hombro de su hermana en un intento de confortarla.

-Parece que todos lo hemos hecho- Le contestó Ning.

Miré con tristeza a Min y ella fue incapaz de sostenerme la mirada. Se levantó y empezó a caminar hacía el pequeño sendero que conectaba a la propiedad con el bosque aledaño. Poco después los demás nos unimos a ella. La luna brillaba sobre nosotros, iluminando el camino y añadiéndole un toque de fantasía e irrealidad al momento.

Les conté lo que había sucedido con Conrad, todo salvo por una parte, aquella que involucraba a Minjeong y su familia.

- ¿Creen que puedan darnos un momento a solas? - Les pregunté después de terminar con mi relato. Ellos solo asintieron y se alejaron algunos metros.

Alcancé a Minjeong y le pedí que se sentara conmigo, ella accedió y me acompañó, pero su mirada se negaba a encontrarse con la mía y se dirigía constantemente hacia nuestros amigos que platicaban a la distancia.

-Entonces... ¿cuándo nos vamos? – Me preguntó intentando reconciliar los antagónicos sentimientos que sabía se arremolinaban en su corazón.

-Sobre eso... - Dudé.

-Está bien, no necesitas explicármelo, lo entiendo.

-Min...

- ¿Cuándo se van? - Corrigió.

-Min... tengo que pedirte un favor- Tomé sus manos en las mías y la obligué a mirarme. - Nadie se irá de aquí sin ti y sin Sui, puppy. Ni Aeri ni Ning y mucho menos yo, no podríamos hacer eso...

-Pero...

-Pero... -Inhalé profundo- Necesitas ir tú, personalmente, a pedirle ayuda. 

Ella me miró con recelo y una muy mal disimulada indignación.

- ¿Perdón?

-Escucha, Min, sabes que no te pediría esto si tuviera otra opción...

-Esto es personal ¿cierto? Conrad tiene algo personal contra nosotros.

Love you the mostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora