Capítulo 8.- Queridos Recuerdos

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"Los humanos son familia. No ataques a los humanos. Protegelos de los demonios."

- Señor... ¿Urokodaki?

Los ojos se Nezuko se llenaron de lagrimas al ver a aquel hombre que la cuido durante tanto tiempo, que fue como un padre para ella, convertido en un monstruo sediento de sangre humana.

Se acercaba a paso lento contra ella, desenfundo su espada provocando una corriente de agua que se dirigía hacia ella.

- ¡Kyaah!

Se movió a último segundo pese al pavor, logrando evitarla, con asombro vio como la pared detrás suya era destruida por la tremenda presión de la técnica.

- Nezuko Kamado, ¿no es así? Tengo ordenes de capturarte. Nuestro señor tiene algo pendiente contigo. Así que por favor...

Guardo su espada, junto las manos y al extenderlas moldeo una burbuja de agua.

- No te resistas y ven conmigo, no es necesario derramar más sangre.

- S-señor Urokodaki, por favor... Recuerde... ¡Y-yo se que en el fondo me recuerda! ¡Y a mi hermano Tanjiro!

Al no recibir la respuesta que quería, el demonio se fue acercando. Sin embargo, en un solo instante, una joven chica fue arrojada junto a su espada a la zona en que se encontraban.

- ¡Kanao-chan!

"¿Kanao? Déjame pensar... Sí, el amo me dio instrucciones de matarla. No es necesaria."

Dirigió su mano a la empuñadura de su arma, preparado para cualquier cosa.

- ¿Z-Zenitsu...?

Nombró la chica aun sorprendida por la velocidad de los acontecimientos. Miro por la abertura y ya no lo encontró. Tras chasquear la lengua se giro y tomo su espada poniéndose en guardia al notar al demonio.

Este permaneció inmóvil un rato, mientras el humo y el fuego iban consumiendo más y más el lugar. Kanao comenzaba a notar cierta molestia al respirar.

- ¿Señor... Urokodaki?

Dijo Nezuko acercándose lentamente al ser que tenia delante.

- ¡Espera, Nezuko!

Kanao sostuvo su hombro para no dejarla acercarse más, apretó más el agarre de su espada, tratando de calmarse.

"No podemos luchar más aquí, el humo se está acumulando. Debo dirigir la lucha afuera."

Pensó agilmente la chica. Cerró los ojos y la punta de su espada tocó el piso de madera. Lo notó todo. Cada vibración, cada zona en que variaban y la forma que tomaban, todo con el fin de notar a su oponente y el escenario.

- No puedo ver mucho más que delante de mi, Nezuko. ¿Qué kanjis tiene?

La chica nombrada trago saliva antes de responder.

- Luna Superior Tres.

- Comprendo. ¿Qué sabes de el? Hace rato dijiste su nombre.

- El señor Urokodaki fue quien me cuido mientras entrenaba a mi hermano. Usa la Respiración del Agua y fue el antiguo Pilar del Agua. También entrenó a Giyuu-nii.

"Debe ser más débil que Douma. Pero en mi estado actual no podré vencerle fácil. Necesito el apoyo de alguien más... ¿Inosuke? ¿Genya? ¿Kaigaku? ¿Zenitsu? Debería acercarme a alguno de ellos. Pero no se donde están."

- Nezuko, ¿y los demás?

- Aoi-chan estaba en su habitación, pero el resto no lo sé.

- Comprendo. Parece que debo hacerlo sola.

Kimetsu no Yaiba [ Desastroso ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora