Capítulo 9.- Floreciente

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- ¡Nezuko!

Gritó desde el interior de la burbuja al ver a su amiga siendo perseguida. La chica se adentró en la casa en llamas con dirección al almacén.

Corría mientras el sudor comenzaba a recorrer su cuerpo por el calor.

- ¡Kyaaah!

Se asustó al ver como un trozo de techo caía frente a ella, por suerte no la aplastó. Le dio la vuelta y siguió hasta su destino. Tuvo que atravesar la puerta en llamas y cubrirse la boca y nariz con su haori.

- ¡Esto no se apaga!

Se dijo al notar una columna de fuego entre la entrada al almacén y ella.

"Seguro es por el combustible. Por eso no se apaga tan fácil."

- Deja te ayudo...

Se giro viendo al demonio frente a ella, esquivo de suerte un chorro de agua. Luego siguió corriendo, buscando la puerta trasera al almacén. Entró y comenzó a rebuscar entre las cosas.

- ¡Bingo!

Tomó un pequeño bote de gasolina y unos cerillos. Se pegó a la pared y pensó en como atravesarla.

"Tal vez pueda tirarla si corro rápido. O podría usarme de señuelo para que el señor Urokodaki la tire con agua. Ahora que lo pienso..."

Miro hacia un lado, la columna de fuego seguía ahí, solo un poco más débil.

"No pudo apagarla, seguro porque uso poca agua. Pero eso me da la esperanza de que esto funcione."

Volvió a buscar entre las cosas por un plan b. Sobre una estantería encontró un cuchillo de cocina.

- Ahí estas. Por favor, deja de correr.

- ¡N-no dejaré que me atrapes!

El demonio frunció el seño, entonces liberó una corriente de agua hacia sus piernas para incapacitarla, Nezuko la evadió de suerte otra vez, pero la pared se derrumbó.

Corrió por el pasillo, no sin antes encender y tirar uno de los cerillos que tenia hacia un contenedor flamable, al poco tiempo debido al calor y a prenderse en llamas explotó todo el almacén junto a Urokodaki.

"Lo lamento, solo espérame un poco más, Kanao..."

Corrió hasta las escaleras al segundo piso subiendo por estas. Luego dio media vuelta y busco el pasillo que la conduciría a la parte derrumbada por la que fueron expulsadas al exterior hace minutos.

- La tengo nuevamente. Se lo pediré una última vez, deje de moverse.

La Luna Superior apareció de nuevo detrás suyo, justo cuando se encontraba en el borde para saltar.

- No hay a donde huir, se que no va a saltar. Venga conmigo y liberare a su amiga.

Ofreció el demonio. Se lo pensó un instante.

Así la gente ya no sufriría por ella, ¿no?

Agitó la cabeza, abandonando esa estúpida idea. Muzan no dejaría a nadie vivos, solo eran patrañas.

- ¡No se acerque! ¡Señor Urokodaki, voy a saltar!

- ¡Deja de llamarme así! ¡El hombre que conocías fue convertido en demonio, en un ser superior! ¡No te recuerdo!

Alzó la voz enfadado y harto de tanto sentimentalismo. Desenfundo rápido, cortaría sus piernas en un instante. Pero la chica saltó antes.

Cayó al suelo, sintiendo un gran dolor por su cuerpo, pero en especial en su espalda y piernas. Pero eso no la detuvo, se giro y comenzó a correr hacia Kanao con el demonio pisandole los talones.

Kimetsu no Yaiba [ Desastroso ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora