ℂ𝕒𝕞𝕓𝕚𝕒𝕣 |𝕊𝕖𝕧𝕖𝕣𝕦𝕤 𝕊𝕟𝕒𝕡𝕖 𝕪 𝕃𝕚𝕝𝕪 𝔼𝕧𝕒𝕟𝕤

39.- Hogsmeade

"Ahora estás hablando de retratos, ¿verdad?" Alguien se burló detrás de Lily.

Girando su cabeza se encontró con Parkinson apoyada casualmente contra la pared haciendo girar su varita entre sus dedos que emitía una chispa verde ocasional.

Lily miró a la chica Slytherin. "Hacen una compañía mucho mejor que cualquiera de ustedes, Slytherins", espetó.

Parkinson sonrió. "Como si los Slytherin alguna vez quisieran estar contigo de todos modos, querida."

Parkinson se apartó de la pared y se paró frente a Lily, quien para su consternación notó que el Slytherin la superaba como la mayoría de los estudiantes.

"Es realmente una lástima", dijo Parkinson arrastrando las palabras.

Lily entrecerró los ojos pero no mordió el anzuelo. Pero aparentemente el Slytherin tomó su silencio como una invitación para seguir hablando de todos modos.

"Qué pena que no dejara cicatriz. Oh, qué glorioso se vería si continuaras caminando por la escuela con una venda". Ella se rió a carcajadas ante la idea.

"¿Qué quieres Parkinson?"

"No quiero nada de ti", escupió la chica de cabello negro. "Simplemente te vi hablando con los retratos".

Parkinson sonrió y continuó hablando. "Es realmente triste que recurras a los retratos de tus amigos cuando alguien te deja atrás".

"En realidad tienes razón. No sobre que nadie me deje atrás, por supuesto, sino sobre los retratos. Son una excelente compañía"

"Para ser el mejor de nuestro año, eres un poco tonto", comentó Parkinson con la nariz arrugada, lo que, para disgusto de Lily, sólo hizo que su pálido rostro se volviera más bonito de lo que ya era. "Deja de ser ignorante y acepta el hecho de que Snape te dejó en el polvo".

Lily se enfureció ante sus palabras. Nunca había dejado que un Slytherin la pusiera tanto de los nervios, pero la idea de que Snape la dejara atrás parecía demasiado.

"Para tu información, Parkinson", escupió al Slytherin. "Severus y yo todavía somos amigos, y honestamente no veo qué te concierne."

Lily se abrió paso junto a la chica y caminó por el pasillo, su buen humor instantáneamente fue reemplazado por uno sombrío.

"Estás muy embarrado", gritó Parkinson detrás de ella.

Ignorando el nombre con el que Parkinson la había llamado, Lily se apresuró a regresar a la sala común. Todo lo que quería era ver a Snape y en su lugar consiguió a Parkinson. La chica que grabó la palabra sangre sucia en su cabeza y probablemente, si la amenaza de ser expulsada de la escuela no pendiera sobre su linda cabecita, lo volvería a hacer sin dudarlo. Parkinson nunca antes había encontrado diversión en atormentarla, ni a ningún Gryffindor, con la excepción de Sirius.

Claro que era una persona desagradable, pero nunca se esforzó intencionalmente en atormentar a los estudiantes. Pero ahora se estaba involucrando en negocios que Lily pensó que en realidad no le interesarían. Tal vez le guste Snape más de lo que le permite, pensó Lily para sí misma. Esa idea fue rápidamente descartada cuando Lily recordó que Parkinson estaba saliendo con el hermano de Sirius. O tal vez solo está saliendo con Regulus porque molesta a Sirius.

Lily suspiró. Su amistad con Snape ya era bastante difícil y su amistad, que ya no estaba tan segura de que fuera una amistad, solo estaba causando más y más problemas. Seguro que Snape era una gran persona con quien estar cuando uno superaba los comentarios crueles y las expresiones pétreas, pero ¿realmente valía la pena cuando ponía en peligro las amistades? ¿Valió la pena si las dos casas iban a enfrentarse porque dos personas decidieron hacerse amigas? Lily se dio cuenta de que Parkinson podría haber tenido razón; tal vez estaba perdida. Más lejos de lo que ella era consciente.

La tarde siguiente, Lily estaba sentada debajo de un banco cubierto de nieve con una taza de sidra caliente en las manos. Sus intentos de encontrar a Severus ayer resultaron inútiles y por eso se quedó sola para disfrutar de la nieve. James y Sirius se habían ofrecido a pasar el viaje a Hogsmeade con ella, pero cuando entró en Las Tres Escobas estaba todo demasiado lleno y se fue después de conseguir su sidra.