ℂ𝕒𝕞𝕓𝕚𝕒𝕣 |𝕊𝕖𝕧𝕖𝕣𝕦𝕤 𝕊𝕟𝕒𝕡𝕖 𝕪 𝕃𝕚𝕝𝕪 𝔼𝕧𝕒𝕟𝕤

5.- En la lechucería

L.E

Era un hermoso sábado, entonces"¿por qué estaba simplemente tirada?" pensó Lily para sí misma. Debería estar buscando a Snape como había planeado, pero en lugar de eso, estaba acostada en su cama mirando las cortinas rojas y amarillas que rodeaban su cama con dosel. Macmillian se había ido hacía una hora a Hogsmeade. Lily le había asegurado que estaba perfectamente bien si se quedaba en Hogwarts y tan pronto como Macmillian se fue, Lily se arrojó sobre su cama e intentó dormir una siesta. Aparentemente eso no iba a ser porque una hora más tarde aquí todavía estaba mirando las cortinas rojas y amarillas y los colores comenzaban a molestarla lentamente. Pensó que era extraño ya que nunca había dejado de encontrar los colores rojo y dorado, que representan a la casa de Gryffindor, como cualquier cosa menos encantador.

Sus pensamientos regresaron a Snape. El caso imposible que prometió resolver. Sorprendentemente, se dio cuenta de que él estaba en más clases de lo que pensaba. Tuvieron múltiples clases de pociones juntas, clases de aritmancia y astronomía. Eso significaba que lo estaba viendo casi todos los días durante la semana, pero él parecía mantenerse alejado de ella. Ella había tratado de llamar su atención, pero él se había abstenido de girar la cabeza en su dirección y después de clase salía rápidamente de la habitación mientras ella todavía estaba empacando sus cosas. Mantuvo los ojos bien abiertos en los pasillos y la biblioteca, pero si él la vio, no dio ninguna indicación de que le importara o supiera que ella lo estaba buscando.

Lily gimió en voz alta."¿Por qué estaba tan empeñado en mantener a la gente lo más lejos posible?, ¿Qué provocó este comportamiento en él?" Rodó sobre su estómago solo para quedar frente a sus almohadas que también estaban cubiertas con los colores rojo y dorado de Gryffindor. Cansada de los colores que la miraban en cualquier dirección en la que girara, rodó fuera de la cama y agarró su cartera. Iría a la biblioteca y si él no estaba allí, entonces no era gran cosa. Había tarea que necesitaba terminar de todos modos. Los profesores realmente lo estaban cargando este año y con solo un mes y medio en la escuela ya se habían formado círculos oscuros debajo de sus ojos por falta de sueño.

Mientras Lily se dirigía a la biblioteca, frunció el ceño con culpa cuando, se dio cuenta de que no había escrito a sus padres desde que comenzó la escuela. Hizo una nota mental para escribir una carta tan pronto como tuviera tiempo libre, tal vez incluso le escribiría una a Petunia, sin mencionar nada sobre magia, por supuesto. Rápidamente descartó esa idea cuando comenzó a imaginar a Petunia recibiendo su carta. A Petunia no le agradaría que una lechuza picoteara su ventana con una hoja de pergamino atada a su pata. Le daría otra razón para arremeter contra Lily y su "anormalidad" o así le gustaba llamarlo.

Apartando todos los pensamientos de Petunia, Lily entró en la biblioteca casi vacía. Un puñado de estudiantes de primer y segundo año de Ravenclaw residían en las mesas más cercanas a la puerta charlando ociosamente y terminando la tarea. La bibliotecaria que estaba colocando libros en un estante miró a Lily, pero no preguntó por qué no estaba en Hogsmeade con el resto de los estudiantes, ya que Lily pasaba la mayor parte del tiempo en la biblioteca, incluso si no había deberes ni estudios de hecho Lily se burló de sí misma, siempre había deberes que hacer.

Lily asintió con la cabeza y se dirigió hacia la parte trasera de la biblioteca a su mesa habitual en la esquina. Era su lugar favorito, la mesa, que parecía como si hubiera sido empujada apresuradamente en la esquina, estaba oculta desde la puerta y ubicada hacia el final de las secciones restringidas, por lo que muy rara vez algún estudiante tenía una razón para aventurarse allí.

Quería completar la carta para su madre y su padre y fácilmente podría preguntar cómo le iba a Petunia en la carta que estaba dirigida a ellos. Estaba agradecida de que las reacciones de sus padres no fueran las mismas que las de Tuney. Petunia, no Tuney, se corrigió a sí misma. Su madre y su padre encontraron el mundo mágico tan fascinante como ella y siempre estuvieron interesados en escuchar sobre su educación. Sacó una botella de tinta del fondo de su bolso y comenzó a redactar la carta.

Queridos padre y madre:

Pido disculpas por no escribir antes, ya que este mes he estado agobiado con una gran cantidad de trabajo. Con mis TIMOS de este año, se espera y por eso no estoy muy molesto por la cantidad de tarea.

De todos modos, la escuela va bien hasta ahora. Los chicos están siendo imprudentes y causando problemas como siempre, pero no me importa su presencia. Evitan que me ahogue en mi trabajo escolar y, a veces, pueden hacer reír cuando no se burlan de los estudiantes de primer año.

También me preguntaba si sería posible que me enviara algunos galeones. Lamentablemente, subestimé la carga de trabajo para este año y estoy tomando más clases de pociones de las que originalmente tenía previsto. Si me quedo sin pergamino e ingredientes para pociones, no quiero quedarme sin dinero. Muchas gracias.

Ya los extraño chicos. Dile a Petunia que la saludé y que espero que la escuela le vaya tan bien como a mí, si no mejor.

Con Amor, Lirio

Lily dejó su pluma y movió sus dedos huesudos para quitarse el dolor de las articulaciones. Con suerte, su madre pudo ahorrar algo de dinero. Con múltiples clases de pociones, sus ingredientes estaban disminuyendo rápidamente y no quería usar ingredientes de pociones del armario del profesor Slughorn a menos que fuera necesario.

Guardó la carta terminada para sus padres en su cartera y revisó la pila de libros de texto que cubría la mesa. Cuatro textos diferentes sobre pociones, un texto de artes oscuras, uno de encantamientos y un texto de transfiguración, dos libros de adivinación y un libro de texto de herbología. No necesariamente tenía que llevarlos consigo, pero prefería estar preparada. ¿Preparado para qué? No tenía ni idea, pero llevar sus libros alrededor se sentía extrañamente agradable para ella.

Finalmente, decidiéndose por un libro llamado pociones, rápidamente se perdió a sí misma. Disfrutaba bastante de las pociones. Era lo más cerca que estaría de cocinar, aunque contenía ingredientes como mucosidad de troll, y estaba cien por ciento segura de que eso nunca aparecería en el ganso de Navidad casero de su madre. Instantáneamente desterró todos los pensamientos de comidas caseras al fondo de su mente y en su lugar se concentró en la tarea pendiente. No ayudaría si ella sintiera nostalgia.

Los estudiantes debían memorizar los ingredientes de una poción avanzada que aún no habían aprendido y recitar los métodos para crearla. Bastante fácil, pensó. Trabajó en silencio hasta que el gruñido de su estómago finalmente hizo que dejara de estudiar. Había memorizado una poción para dormir temerosa, que le parecía bastante cruel e inútil, y había completado dos pies de su ensayo de encantamientos.

Levantándose de su silla, comenzó a apilar libros en su bolso y salió de la biblioteca con la silenciosa promesa de volver más tarde. Lily supuso que su estómago podía esperar un poco más y giró en la dirección opuesta al Gran Comedor y se dirigió a la lechucería.

Después de lo que pareció un ascenso interminable por la escalera de caracol, Lily llegó a la entrada de la lechucería y dejó sus libros en el último escalón. Arrugó la nariz con disgusto mientras miraba a su alrededor. Nadie se molestó siquiera en limpiar esta área de la escuela. Olía a pájaros y excrementos de lechuza y periódicos desechados cubrían los pisos. Volviéndose hacia las lechuzas de la escuela en el extremo opuesto de la habitación, vio una figura familiar vestida con los colores de Slytherin atando una carta a una lechuza. Ella sonrió.

"¡Snape!" Lily llamó mientras se acercaba para pararse junto a él. Él se puso rígido cuando ella lo rozó y al instante retrocedió más lejos.

Snape entrecerró los ojos. "Actúas como si fuéramos amigos, aunque ciertamente no lo somos."

Fue el turno de Lily de entrecerrar los ojos. "Pero podríamos ser amigos".

Snape solo le lanzó una mirada fría y le dio un último empujón a la lechuza que sostenía su carta. "Adiós Evans. Y dejaría de buscarme durante la semana si fuera tú". dijo por encima del hombro mientras salía de la lechucería.

Lily, a pesar de su molestia por cómo había actuado, de repente sonrió. Así que sabía que ella estaba constantemente tratando de llamar su atención. Entonces, ¿por qué siempre la evitaba? Su sonrisa se hizo más amplia cuando se dio cuenta de que él también se había despedido. Eso fue un comienzo, o al menos ella esperaba que lo fuera.