ℂ𝕒𝕞𝕓𝕚𝕒𝕣 |𝕊𝕖𝕧𝕖𝕣𝕦𝕤 𝕊𝕟𝕒𝕡𝕖 𝕪 𝕃𝕚𝕝𝕪 𝔼𝕧𝕒𝕟𝕤

37.- Planes de vacaciones

Lupin se paró frente a ella vestido con ropa informal en lugar de la túnica con la que estaba acostumbrada a verlo. Su rostro ligeramente amarillo la miró con curiosidad y sus manos estaban metidas en sus bolsillos.

"Hola Lupin", saludó.

Lupin siempre fue el más tranquilo entre el grupo de James y nunca la había puesto de los nervios mientras estaba en Hogwarts. Era un estudiante serio que a veces se burlaba de ella sin causarle daño y era un gran amigo. A veces deseaba que estuvieran más cerca.

"¿Qué haces en los pasillos?" Preguntó.

Lily respondió sabiendo que, a diferencia de James, lo suyo era más por curiosidad que por sospecha. "Bueno, ya que no es exactamente un secreto..." se detuvo.

Lupin sonrió con complicidad. "Tu secreto está a salvo conmigo", dijo.

Lily sonrió aliviada. Si James descubría que se reunía con Snape a diario en un salón de clases vacío, dudaba que él simplemente le enviara un ceño fruncido a los Slytherin.

"¿Vas a volver a la sala común?" Lily le preguntó a Lupin, quien parecía estar bailando sobre sus pies, como si estuviera impaciente.

"No. Sólo voy a caminar." Lupin forzó una sonrisa en su rostro.

"¿Te importa si me uno?"

"Preferiría estar solo." Dijo un poco bruscamente.

El tono duro de Lupin la sorprendió. El tranquilo Gryffindor rara vez se mostraba enojado o molesto. Incluso con James y Sirius burlándose de él todos los días y llamándolo lunático, algo que ella aún tenía que entender, él logró mantener la calma.

Al darse cuenta de que había hablado demasiado duramente con alguien que no le había hecho nada, le dedicó una suave sonrisa.

"Lo siento, Lily, pero prefiero estar sola, gracias".

Lily asintió y dejando atrás el ruidoso retrato donde Cadogen y la dama continuaban discutiendo, se dirigió hacia la sala común de Gryffindor. Al entrar, James y Sirius la emboscaron instantáneamente, pero no por la razón que ella pensaba.

"¿Has visto a Remus?" Preguntó Sirius mientras miraba por encima de su hombro hacia el pasillo mientras el retrato se cerraba nuevamente.

"Dijo que iba a dar un paseo".

James maldijo ante este comentario y luego se giró hacia el dormitorio de los chicos llamando a Peter.

"No veo por qué están tan enojados", le dijo Lily a Sirius, quien permaneció a su lado.

"Se suponía que debía esperarnos", Sirius restó importancia a su comentario y luego de un momento agregó: "Vamos a la cocina".

Lily puso los ojos en blanco y dejó a Sirius parado junto al agujero del retrato para subir a su dormitorio. Los niños y su comida, pensó.

Lily no quería nada más que irse a dormir y olvidarse de la punzada en su estómago causada por Snape. Aunque sabía que no podía haber sido culpa suya, persistía y estaba empezando a odiarse a sí misma por ello. Desgraciadamente, no pudo dormir cuando entró al dormitorio.

Ni Doris ni Macmillian estaban dormidos y en cambio estaban inmersos en una conversación que cesó inmediatamente cuando Lily entró en la habitación. Genial, pensó, dos Gryffindors más hablando de mí a mis espaldas. Y no cualquier Gryffindor, sus amigos, sus compañeros de cuarto.

"¡Lily, gracias a Godric por estar aquí! Macmillian está enloqueciendo", indicó Doris a Macmillian, que parecía un poco sonrojada.

Macmillian enterró su rostro entre sus manos, lo cual era extraño y gimió en voz alta.